EL MISTERIO DEL PALACIO DE TESTAS (CAP 2º, PART.1)

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Capitulo 2º
Castejada y la bella Barbara
Por un instante Alex estuvo tentado de parar, pero sin saber porque continuo hasta llegar a Castejada, todo seguía igual que el lo recordaba, parecía que el tiempo no había pasado, no llovía, y la pobre iluminación de la calle le dejo ver la plaza de la iglesia con su enorme encina en el centro, poco mas halla, donde la calle giraba a la derecha, reconoció la casa de sus abuelos, paro el coche, se bajo y se acerco lentamente, contemplo el lamentable estado en el que se encontraba la vivienda, abandonada, sucia y medio derruida, estaba claro que nadie la había habitado durante años, seguramente desde que el abuelo esteban falleció nadie se había ocupado de ella, de pronto una voz femenina lo saco de sus pensamientos.
- ¿Le puedo ayudar en algo caballero?
Alex se dio la vuelta con la intención de responder a la pregunta, pero se quedo sin palabras al comprobar la belleza de aquella chica, que le sonreía asomada a la ventana de un 4x4 negro mientras repetía la pregunta.
- ¿Le puedo ayudar en algo?- ahora agitaba su mano frente a la cara de Alex, como para sacarlo de su perplejidad.
- No...bueno quizá si...tal vez...la verdad no lose – contesto Alex aun sorprendido.
- No es usted de por aquí, ¿Verdad? - pregunto de nuevo.
- Si y no – dijo Alex sonriendo y algo mas tranquilo.
- Y...¿Como se come eso? - ahora la sorprendida parecía ella.
- Bueno vera – hizo una leve pausa – Yo vivo en Madrid, pero mi padre y mis abuelos son de aquí, esta era la casa de mis abuelos – dijo, señalando con el dedo en dirección a la casa.
- Vaya...no sabia que los a los “Guardeses” les quedara familia – dijo, cada vez mas sorprendida.
- ¿Guardeses?...¿Que significa? - pregunto desconcertado, nunca había oído que llamaran así a su familia en el pueblo, aunque bien es cierto, que la relación con los vecinas era básicamente la justa y necesaria.
- Es el mote de su familia, ¿no me diga que no lo sabia?
- La verdad, es que no – contesto Alex.
- Bueno, hace bastante frio y es tarde – dijo la chica frotandose las manos – ¿Se va quedar por aquí o solo a parado para ver la casa?

- Había pensado pasar la noche en el pueblo – contesto Alex sin poder apartar la vista de aquella chica, era menuda pero atractiva,
su larga melena roja reposaba sobre su hombro izquierdo y los bucles de su pelo rizado le cubrían parte de la cara dejando entrever aquellos preciosos ojos de color azul cielo, luego estaba aquella sonrisa que iluminaba su rostro angelical, sus dientes eran perfectos y blancos como el nácar, definitivamente aquella mujer lo había cautivado.
- ¿Me escucha?, Oigaaaaa...- dijo levantando un poco la voz a la vez que agitaba su mano frente a la cara de Alex que seguía embobado mirándola
- Ah...si...dígame – contesto este mientras salia de sus pensamientos.
- Le decía que precisamente soy la propietaria del Albergue rural de Castejada, esta tan solo a un par de kilómetros
- No se que decir, la verdad – Contesto algo sorprendido ya que no se lo esperaba.
- No encontrara nada mejor en este lugar, se lo aseguro – Afirmo mientras esbozaba una sonrisita maliciosa.
- De acuerdo.
- No se hable mas– contesto esta de forma tajante, para seguir diciendo – Sigame – mientras ponía en movimiento el vehículo.
Alex se subió a su coche lo mas rápido que pudo, acelerando al máximo para poder alcanzar al 4x4 de la chica, que conducía como una loca por aquella carretera, sin duda la conocía como la palma de su mano.
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Alex estaba embelesado, observando como la espuma marrón y blanca del café con leche describía espirales verdaderamente caprichosas, a medida que este giraba la cuchara, de pronto le vino a la mente la imagen de la mujer que corría entre los arboles, ¿Quien seria?, ¿Que hacia sola en la dehesa a esas horas?, ¿Porque corría de aquella manera, como si alguien o algo la persiguiera?, de pronto la cara de Alex se transformo al darse cuenta de que quizá la mujer estaba en peligro, y, que el no había hecho nada al respecto, ni tan siquiera dio parte a la policía como hubiese sido lo mas normal, en fin aquello ya no tenia remedio pensó, pero como detective podía hacer algo por aquella mujer y era averiguar quien era y que le había ocurrido para estar corriendo por el bosque de noche y bajo aquella tormenta. Tan ensimismado estaba en sus pensamientos que no se percato de la presencia de la chica que
había conocido la noche anterior y que lo observaba de pie frente a la mesa donde este desayunaba, solo tuvo conciencia de su presencia cuando esta le dijo a modo de saludo.
- Buenos días, señor Alejandro Galvez-
- Buenos días- contesto Alex levantando la mirada de la taza al reconocer en aquella voz a la chica.
- Espero que este todo de su agrado y que halla podido descansar- contesto esta interesándose por el único cliente que tenia alojado en el albergue desde hacia semanas.
- La verdad es que e descansado como no lo hacia desde hace tiempo- contesto Alex esbozando una leve sonrisa.
- Me alegro – y le devolvió otra sonrisa – Bueno, le dejo que termine tranquilamente de desayunar.
- Un segundo... - la interrumpió justo cuando se disponía a dar media vuelta para volver a sus quehaceres – Usted sabe mi nombre desde anoche cuando me aloje y también de donde vengo y quienes eran mis antepasados, pero...yo no se prácticamente nada de usted.
- Soy Barbara, Barbara Manrique – tomo asiento en la mesa frente a Alex y continuo diciendo - Nací en este pueblo pero me crie en Francia, hace dos años tras fallecer mi madre y después de sufrir un traumatico divorcio, regrese a Castejada con mi hija Shofie de cinco años con la intención de empezar una nueva vida, al ver la finca con la casa que había heredado de mi madre me surgió la idea del albergue...y aquí estoy, ¿quiere saber algo mas? - de nuevo se dibujo aquella sonrisa en sus labios que tanto atraía a Alex.
- Pues si, ahora que lo dice – hizo una leve pausa y continuo – e observado que el albergue esta muy vació, apenas hay huéspedes
- Pregunta usted mucho, ¿No? - dijo algo molesta con el interrogatorio.
- Bueno...vera, debe ser deformación profesional – contesto avergonzado - ¿ Espero no haberla incomodado con mis preguntas?
- No, que va, es solo, que no estoy muy acostumbrada a hablar sobre mis cosas, lo siento – ahora la avergonzada era ella – En realidad es usted el primer cliente que tengo en meses, en verano esto esta mucho mas animado – respondió Barbara a la pregunta que Alex le había formulado hacia unos segundos.

- Claro, no se como no e caído en ese detalle, estamos en temporada baja.
- ¿Porque a dicho antes lo de deformación profesional? - le pregunto interesada.
- Soy detective privado -




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