LA RABIA -La Sorpresa -

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Al día siguiente a la boda, era Domingo, Rami, que no había podido dormir entre pesadillas y otras cosas se levantó expectante, a ver que podía pasar.


- Buenos días mi cielo ¿que tal lo pasasteis ayer?

- Bien mamá, una boda.


Adela, -que así se llama su madre- le acercó un zumo y le dio un beso maternal en los labios.


- ¿Que te pasa, estas como esperando algo

- Si mamá, a que me des otro beso.

- Pues toma, - y se quedo pegada a él un instante – huy que amoroso estas esta mañana, ¡hijo mio!


- Buenos días - dijo Eugenia, al entrar en la cocina – interrumpo algo.

- Nada, que Rami esta algo cambiado, ¡como diría yo! No se, algo le ha impactado.

- Es lo que tienen las bodas – contesto Eugenia, guiñando un ojo a Rami.

- Pues toma otro beso, para que vuelvas a la realidad – esta vez Adela, no solo se pego a él, le abrazó por la cintura con fuerza -¡hijo mio, que despertar tienes! Que bien te sientan las bodas, jajaja.


Rami que sabía por que de las risas de su madre, se sintió todavía peor y no encontraba postura lo suficientemente idónea para ocultar lo evidente. Menos mal, que sonó el teléfono y las risítas de las dos mujeres cesaron. Era Edu, que no contará con él pues tenía acontecimientos sociales, despidiéndose hasta el Lunes.


La semana iba evolucionando con normalidad, si a eso se le podía llamar así, pues Rami, parecía un cazador al acecho de su presa, que no era otra que Eugenia. Ella le ignoraba con picardía, dándole cuerda entre risas, achuchones y besos castos. Una tarde a la vuelta del instituto, Rami entró en su casa sin hacer excesivo ruido, pues sabía que su madre no iba a estar; en el salón oyó murmullos y gemidos, lo que le puso en guardia dirigiéndose muy despacio al origen de los mismos.


Al pasar delante de la habitación de Eugenia, la puerta estaba entreabierta y en el espejo del armario se reflejaba todo lo que pasaba en la cama, Rami se quedo boquiabierto y se fue a su habitación a por la cámara digital, volviendo con rapidez a la puerta de Eugenia, allí empujó con cuidado la puerta y se puso detrás del sillón tomando posición para el reportaje. Está claro que no le descubrieron pues la actividad que había en la habitación no era menor.


Eugenia apoyada en el cabecero de la cama, totalmente desnuda y la otra mujer encima de ella con la cabeza en su sexo, dándole unos lametones tremendos desde el clítoris hacia bajo, Eugenia delante de su cara tenia los glúteos de la mujer y con las manos se los abría besándolos, mordiéndolos y con la lengua le recorría desde el sexo al agujerito. Rami, pasó de precavido a estar en su salsa y claro está, con un calentón del noventa, puso la cámara en video y no se perdió detalle.      

Los ritmos de las dos mujeres eran cadenciosos y solo se alteraban en los gemidos, la mujer pasó de la lengua a los dedos y Eugenia no pudo soportar el orgasmo dando un grito, la mujer la beso en los muslos acariciándole el sexo con delicadeza, se dio la vuelta, la beso en la boca una y otra vez hasta que Eugenia se repuso, la beso en los pechos se tumbo al lado de ella de costado y con una mano en el cuello la atrajo hacia su entrepierna diciéndola: “ a ver como te portas, escandalosa “, Eugenia la comió, la lamió y al mismo tiempo con el dedo le acariciaba el agujerito, la mujer que parecía no estar contenta con las caricias de ella, de repente se levanto de la cama, dándole a Rami un vuelco el corazón, pero cogió a Eugenia de los pelos la puso de rodillas en la cama y la dio una sonora bofetada diciéndola: “ quiero que me lo comas bien o te pongo la cara como un mapa, fina que eres muy fina, pero para lo que quieres “ . Y Eugenia volvió a su trabajo con los dedos, con la lengua, con los besos, hasta que la mujer la apretó fuerte contra su sexo y se corrió con un gruñido, por lo menos inquietante. Mientras las dos mujeres se besaban y acariciaban pidiéndose perdones, Rami salió de la habitación con una idea fija en la cabeza, bueno quizás dos.

Rami, se fue a la calle y cuando pasaron de quince a veinte minutos subió a su casa, haciendo ruido al entrar, Eugenia salió con una bata cubriéndose el cuerpo, él la saludo.

- ¿Que te ha pasado en la cara?

- Nada que me apoyado en el respaldo del sillón. Mira te voy a presentar a una amiga, se llama Lina.

- ¿Como esta usted señora?

- Hola, buenas tardes y tu como estas, que sobrino tan guapo tienes Eugenia.

- Si ¿Verdad? - cogiéndole por la cintura y apretándole contra su cuerpo.

- Bueno Eugania, yo ya me voy. Encantada príncipe – le dijo a Rami, dándole un beso –

- Espero verte otro día.

- Adiós Lina, hasta otro día, que seguro que nos veremos.

Cuando se fue Lina, Eugenia y Rami seguían cogidos por la cintura, él notaba todo su cuerpo en el suyo y bajo la mano hasta acariciarle el culo, ella le dio un piquito en los labios y dijo: “ me voy a duchar “. Dejándolo a Rami, compuesto y sin nada más.

 

Rami, se fue a su cuarto y descargó en el ordenador las fotos y videos que le habían regalado su prima y su amiga, el resultado le pareció fantástico, hasta la bofetada le impresionó nuevamente. “Este material que bien me va a venir para que alguien no me ignore más “, pensó. Sabía que era un chantaje, pero después de lo de la boda, Eugenia pasaba de él, más aún, le ponía a cien y luego le dejaba, a ver que pasaba a partir de ahora

Se abrió la puerta, era su madre que llegaba de trabajar.

- ¿Que tal el día chavalote?

- Fructífero mamá, muy fructífero.

- Que cosas dices, ¡y como estas de animo! Sigues igual que el Domingo.

- Huy mamá todavía mejor, no lo sabes tu bien.


Continuara...


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