te digo adiós

Con mi cuerpo recostado sobre una centenaria piedra, hago memoria de tu recuerdo. Trato de evitar el llanto, pero fracaso en el primer intento. A orillas del mar descubro, un pasado calcinado por el tiempo. Un olvido se desvanece entre la maleza, una lagrima esconde una ausencia. El frío de la costa grita que estoy sola, sola, a los pies de lo que fuimos. Las nubes en el cielo dibujan tu rostro. Se alejan, tanto, que ya no puedo verte. El mar se abraza fuertemente contra las rocas, salpicándome la cara. Me incorporo, cierro los ojos y extiendo los brazos. Te digo adiós, adiós para siempre, adiós pasado, adiós presente.