SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS

                                  SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS

Los gobiernos y los encargados de la tutela de la descendencia tienen la obligación supuesta de conducir a buen puerto a los que están bajo su mando. Teniendo como misión conducir por adecuados y acertados senderos que favorezcan la situación y el destino de aquellos de los que son responsables. Habrá quien haga de esta cuestión, en los casos de gobiernos democráticos (se entiende que son la mayoría de un pueblo quienes otorgan dicho poder) y en el caso de la familia vendrá impuesto, trayectorias vitales. Y serán quienes determinen en gran medida con el paso del tiempo, el buen o mal obrar de la prole, en función de los logros, éxitos y el adecuado desarrollo y bienestar de sus votantes o descendientes. Se supone que en el caso de los gobernantes, sobre los que hay depositada una confianza, tenga la intención de responder a las expectativas puestas en él. Ya sea por criterios personales o intereses propios. Al igual que los hijos esperan ser bien conducidos y apoyados en sus decisiones.

Y puede ser que las “políticas” de gobierno como familiares están marcados por múltiples factores como la economía mundial, las necesidades del momento, los apoyos de otros, etcétera.

Al igual que se supone que intenciones de una familia deben ir encaminados a que los vástagos alcancen posibles felicidades e independencia con el paso del tiempo, los gobernantes deben favorecer de alguna manera a que esto se produzca. Así como en el seno de la familia se espera o se pueden acabar echando de menos con el paso del tiempo buenos modelos, referencias, respaldo y un cierto equilibrio, estabilidad y armonía que favorezcan la seguridad y confianza en uno y en los otros, los poderes gubernamentales del estado deben colaborar a que esto se produzca a través de la educación en valores, transmisión de los medios de comunicación de adecuados prototipos, etcétera. Que facilitaran o empeoraran en función de esto el transcurrir en la vida de los semejantes en función de que estos ambientes propicios para la persona se produzcan.

Por lo que lo mejor para todos son gobiernos democráticos, responsables y sensatos, ya sea como forma de actuar cada cual en sus propias vidas, como con aquellos que están en sus manos el maniobrar la existencia y el porvenir de los demás.