ES LA PRIMERA VEZ QUE HAGO EL AMOR EN UN COCHE (LUNES PARTE II)

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Estamos los dos en esta conversación enviándonos halagos recíprocamente. Tere, mantiene una sonrisa pícara y nos damos cuenta que por delante nuestro están pasando dos parejas de veinteañeros con unos cuerpos dignos de ser pintados por los maestros, Rubens o Botero.

Tere y yo nos miramos y sin decir nada, pero con un único pensamiento empezamos a reírnos por esta casual coincidencia.

.- Tere, viendo esto, aquí se acaba este tema, tenemos que ser conscientes de que somos afortunados.

.- Salva ¿vienes al parque todos los días?

.- No, no vengo casi nunca, pero en Otoño, cualquier día que sea igual a este de precioso, es para aprovecharlo y salir a la calle antes de que nos llegue el frío  invierno.

.- Yo si vengo todos los días, a partir de las doce del medio día, a pasear con Zuri.

.- Mañana haré todo lo posible por volver a venir.

Le respondo con una sonrisa, y en tono afirmativo.

Tere se levanta y llama a Zuri, que se encuentra, como a unos veinte metros de donde estamos nosotros, la perra está en su paraíso, husmeando todos los rincones del parque, al grito de

.- ¡Zuri!

La perra levanta su cabeza y corre hacia Teresa, como si habría pasado una eternidad sin haber visto a su dueña, salta y brinca moviendo su cola en un gesto de alegría y saludo.

Tere, se agacha delante de mi para acariciar a Zuri y también enganchar su  correa, en posición de cuclillas con las piernas abiertas deja al descubierto unos muslos blancos y su ropa interior blanca con encajes. Sentado sin levantarme, inclino mi cabeza para saludar y despedirme de Zuri, desde este ángulo la visión es más amplia puedo apreciar con más detalles su piel blanca, adivino que su piel debe de ser suave como el terciopelo, la visión de sus braguitas blancas, ha conseguido que se encienda mi imaginación y deseo.

Tere, se ha dado cuenta de su posición y suavemente cierra sus piernas dejando ahora a mi vista un ángulo mas pequeño, yo también me incorporo, los dos nos miramos con una sonrisa cómplice y pícara.

.- Bueno Tere, según la televisión, la predicción meteorológica para mañana va hacer tan buen tiempo como hoy, espero verte mañana.

.- Pues agur, hasta mañana.

Tere se aleja. Desde mi distancia veo una silueta envuelta en su vestido ligero que se balancea sinuosamente al caminar, esta mujer con sesenta años tiene una gran carga sexual.

Estoy deseando que llegue mañana para volver a verla.

Yo también me levanto para abandonar el parque de la pérgola, tenia que haber escrito un par de cartas comerciales, pero tengo mi pensamiento anulado, mi única obsesión es Teresa.


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