Un extraño sueño

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En fente de mí se encontarba el director de toda aquella organización, conversaba tranquilamente con él, hasta que de repente escuhé los pasos de alguien que se acercaba rápidamente. De prisa me escondí detrás de la puerta y noté que el director había presionado un botón debajo de su escritorio. 

Entró un guardia armado, al cual desorienté golpeando su cuerpo con la puerta, acto seguido saqué mi pistola y disparé sin ton ni son, de una vez tres proyectiles, y luego le di lo suyo al director. Ya se habían alertado el resto de los guardias, lso cuales corrían desesperados por las escaleras en forma de palacio real, y se dirigían a toda prisa a donde se habáin originado aquellos sonidos. 

Yo salté por la ventana, y estaba alto, pero no me importó, me fui agarrando de las paredes, casi que volaba. Cuando toqué el piso me di cuenta de la grama, allí también habían guardias, estaban vestidos de gala, con un uniforme color rojo, con botones y su sombrero particular, parecían soldaditos de plomo o cascanueces. Estos, raramente no me perseguían, así que salí por la reja que daba la camino y me interné en la feria, sí en la feria, porque eso parecía. 

Corrí porque seguramente ya habrían llegado a la habitación y pronto se darían ceunta de dónde me encontraba. Huía de aquella casa grande, o más bien mansión. Ahora mis ojos se daban cuenta de que algunas personas estaban como señaladas en rojo, como si fueran objetivos míos, o mis enemigos. No lo pensé mucho, y contra una mujer que estaba bailando y divertía a un grupo arrojé una granada, y acto seguido arrojé varias por el lugar, corrí como un desaforado y me oculté detrás de unos árboles, ya me había adentrado como en un bosque. 

Allí me salió al paso alguien, con el cual me oculté. Removía paja y tierra y colocaba en medio de dos árboles, los cuales me tapaban. Ya la bruja había salido, y seguro que con su maldita esoba mágica me encontraría. Seguí ocultándome, pero al parecer ya no había peligro. Observé unas casas que estarían a poco ma's de treinta metros. también vi un pozo. 

Rato depsués me acerqué al pozo y lo abrí, no era un pozo, era un sistema dispensador de agua, el cual estaba cerrado. Me volví a ocultar y puse más paja y tierra, me quería esconder entre la tierra y aquel árbol. De repente uno de los árboles se desaparece, al igual que otros de aquel bosque, lo cual ya no parecía un bosque luego de aquella desaparición, al parecer eran como la planta dormilona, la cual cuando la tocas se musita o marchita, pero estos, a diferencia de la dormilona, no dejaban rasto de su tallo, era como si se los targara la tierra por completo. 

Luego observé que unos campesinos salían de aquellas cercanas casas y se dirigían como a un subterráneo, pero no les di mucha importancia. Escuché la música del Sobón, esa que sale en una propaganda en la Tv y me extrañé, allí me desperté. 


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