La carta

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Enviado el , clasificado en Amor / Románticos
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Hola,


Estaba pensando en ti, caminando por el parque escuchando las canciones que compuse para ti cuando de repente me encontré con mi amiga Ana a quién tenía mucho tiempo sin ver. Ella muy sorprendida al verme, empezó a reírse de lo mucho que ha cambiado mi cara y mi cuerpo -"Estás muy guapo", me exclamó muchas veces. Vacilando a sus respuestas, solo le comentaba que estaba errada y que no he cambiado mucho, que estaba más gordo. Ella de nuevo soltó una fuerte carcajada por aquella inseguridad que le transmití, "¡Pero es la verdad!" Le repetí. Ana ignoró completamente mi comentario, le pareció que solo le tomaba el pelo y de hecho solo lo dije para escuchar de nuevo un elogio, pero no me lo dio, me sentí un poco decepcionado.

Ana empezó a contarme de su vida, de sus logros, sus metas, sus nuevos amigos y su nueva vida profesional. Quería igualarme a su historia contándole de mi vida pero no tenía mucho que decir, ¿qué podría decir, que sigo siendo el mismo chico de bajo perfil que conoció hace varios años? Quería sorprenderla con algo, quería que me envidiara un poco, pero no quería mentir. ¿De qué sirve inflarse de mentiras? No le vi el caso y solo le respondí halagando su vida, aunque de cierta forma sentía mucha envidia. 

Ana estuvo casada con un hombre 10 años mayor que ella, exitoso, millonario, extrovertido y muy sociable. Me contó lo terrible que fue, me dijo que nunca fue feliz y que todavía no entendía por qué se había enamorado de él, le pedí que me intentara explicar qué pasó y solo me dijo -"No funcionamos, él es muy egoísta, me aplastaba constantemente con su ambición, se olvidaba de mí, no se sentía amor de su parte, ¡parecía que era yo la que mantenía con vida la supuesta relación! Pero desde muy profundo en mi alma sé que siempre quise a otra persona, nunca quise estar con él pero la persona de mis sueños nunca la había apreciado hasta ahora, pero ya es muy tarde, él es ahora inalcanzable, sabía esto y por ello intenté luchar por salvar mi matrimonio pero era inútil"- Quise responderle algo que la hiciera sentir mejor, preferí callar y tan solo escucharla como siempre he hecho. Siempre la he apoyado en todo, siempre he tratado de estar con ella pese lo muy difícil que ha sido últimamente con sus constantes viajes laborales, envidio su vida completamente. 

Ana no es así, una chica tan segura de sí misma, tan alegre, ¿por qué la veo tan apagada? No sé si era sano seguir estando con ella, no sé si deba de seguir una amistad con tal persona exitosa, me dije: "Debo seguir con ella, a lo mejor se me pega lo bueno" ¿Qué clase de pensamiento tan estúpido era ese? Ana empezó a llorar de repente, algo le había pasado mientras volaba en mi imaginación acallando mis comentarios.
-"¿Qué sucede Ana?"- Le pregunté, entre el llanto de Ana apenas logré escuchar lo que sutilmente dijo: 

"Te amo". 
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No sé qué hacer, quería escribirte para saludarte pero terminé contándote de mi vida, ya ni puedo pensar claramente. Espero que descanses y te llegue esta carta sin sentido. 
Dudo mucho que la vayas a leer puesto que... no existes.
Adiós. 


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