DANIEL *-* 1ª Parte

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Si Daniel no fuese tan perfecto, la vida de Laura si lo sería. Su metro noventa, su melena castaña, esos ojos verdes y cuerpo ligeramente musculado, no la ayudaban demasiado a concentrarse en su trabajo. Pero lo que de verdad la dejaba helada eran sus labios carnosos y definidos que descubrían una blanca y perfecta sonrisa. Había cumplido los treinta y dos y desprendía un erotismo de tal magnitud al pasar que cada mujer, cada hombre; giraba la cabeza para verlo caminar.

En la oficina una tarta de piña anunciaba una buena noticia.

-¿Un cumpleaños?-. Pregunta Daniel al entrar en la cafetería de la agencia de publicidad de la que su padre es dueño.

-El mío. ¡Veinte!-. Responde ella entusiasmada sin dejar de mirarle. -Coge tu parte-.

Los ojos de Daniel se le clavan hasta el fondo del alma, y juraría un segundo haberse quedado sin respiración. Lo examina sin darse cuenta y, una presión sube por la entrepierna provocándole un calor insoportable en sus mejillas. Pero él es Daniel, el hombre que todas desean, el hijo del gran jefe; un hombre del que siempre debería mantenerse alejada.

-Está exquisita-. Sonríe levemente. -Te necesito en diez minutos en mi despacho-.

Quizás fuese el traje, quizás su absoluta perfección humana. Fuese lo que fuese le temblaban las piernas cada vez que él estaba a menos de dos metros.

-¡Ya estoy!-. Entra sonriente por la puerta, cumpliendo la orden indicada y lo encuentra concentrado viendo unos papeles. -¿Me necesitabas?

-Necesito un favor y voy a compensártelo!-.Se pone en pie frente a ella.

-¡Claro! Dime-.

-¿Necesito que conquistes a mi padre?-. Se lleva las manos la cara, mirando a través de sus palmas.

-¡Joder, estás loco!-. Grita Laura. -¡Ni siquiera me atrevo a acercarme a ti!

-¿Cómo?-. Se pone en pie y se acerca a pedir explicaciones. -¿Que pasa conmigo?

-Que me vuelves loca desde el primer día. Como a todas-. Le dice enfadada. -Y me pides que conquiste a un señor de cincuenta y cuatro años que es tu padre y dueño de esto? ¡Joder, estás loco!

-Laura, no quiero que hagas nada raro. Necesito imágenes... pruebas de que está engañando a mi madre...- Le pone las manos sobre los hombros y saca su voz más dulce. -¡Ayúdame!

-¿Que debo hacer?-.La pasión que la invade no le permite darle un no ahora que lo tiene frente a su cara con el rostro de desesperación reflejado en sus ojos. -¿Que pasará conmigo luego?-.

-¡No va a pasar nada mientras yo esté aquí!-. Se acerca a sus labios y la besa intensamente, dejándola fuera de juego. Laura, responde y enreda sus dedos en su pelo mientras sus lenguas juegan apasionadamente.

-Sabes lo buena que estás?-. Le habla sobre sus labios mientras sus manos aterrizan en sus prominentes pechos-. Me calientas tanto... ¿Crees que no noto tus miradas?-. Desabrocha poco a poco los botones de su camisa blanca. -Me has follado con los ojos tantas veces que he tenido que terminar el trabajo en mi casa... o aquí.

La camisa cae al suelo con un movimiento y Laura se queda en sujetador, con la falda y los tacones.

-Daniel... esto no está bien-. Le saca los pechos y comienza a dar lametones una y otra vez mientras ella está inundada de pasión en su punto más débil.

Le da la vuelta de golpe y la coloca boca abajo sobre la mesa, dejando su increíble culo en pompa . Daniel sube la falda hasta la cintura de Laura y observa el maravilloso paisaje que le ofrece el culo de su becaria, adornado de unas minúsculas braguitas de encaje. Aparta las braguitas con los dedos y hace un camino de arriba abajo a través del apretado coño de Laura. Ella gime al notar las yemas recorriéndola y tiembla al sentir el calor de su entrepierna mezclado en su sangre con el frío de la mesa de cristal en su pecho desnudo.

-¿Te han follado alguna vez por detrás?- Le susurra, colocándose sobre su cuerpo y acercando la boca a su oído.

-¡No!-. El dedo de Daniel, sube hasta su punto oscuro arrastrando la humedad de la entrepierna de Laura, y juega sin llegar a entrar. Se estremece.

-¡Contéstame!-. Vuelve a bajar hasta su vagina y mete dos dedos de golpe, dejándola sin apenas respiración ahogando un grito de acumulado placer.

-¡No, Daniel!-. Él se aparta y recupera su posición erguida mientras le mete y saca los dedos deprisa del coño, cada vez más caliente y más húmedo. Se desabrocha el cinturón y se baja la bragueta con la otra mano a toda velocidad, sin perder el ritmo de entrada y salida de sus dedos en el coño de Laura. Ella se retuerce y jadea de placer una y otra vez mientras siente que una corriente la impulsa hacia un estallido de incontrolable pasión. Los dedos de Daniel salen lentamente.

-Date la vuelta-. Obedece y se tumba boca arriba en la mesa de cristal, ya caliente por el contacto de su piel. -¡Mira mi polla!- Laura mira la enorme envergadura de Daniel, pensándose si eso le cabría. -¿No te gustaría tenerla dentro?- Haca movimientos de raíz a punta, lentamente, provocándola mientras ella está tumbada y abierta sobre la mesa.

-¡Daniel, métemela!- Le pide caliente y sedienta de él. Húmeda. Chorreando sin parar.

Daniel se acerca y ella se acerca al borde de la mesa para que él pueda introducir tan enorme miembro, pero él no lo hace. Agarra la polla como si fuese el mango de un martillo y le da estratégicos golpes en el clítoris.

-¡Ohhh... por favor! Métemela ya. -Le suplica mientras su coño palpita por dentro y bombea la sangre de una forma que casi no soporta.

-¿Sabes que necesito que me ayudes verdad?-. Rasga el papel del condón con los dientes mientras la golpea en la zona frágil.¡Lo sabes! Repite, mientras poco a poco la longitud de la anchura de su enorme falo se desliza por en pequeño y apretado coño de Laura.

-Ohhhhh... Daniel... - Se retuerce mientras siente como cada centímetro entra hasta lo más profundo y sale lento. -Lo sé-. Alcanza a decir.

-¡Feliz cumpleaños! ¡Agárrate fuerte!-. La agarra fuerte por los muslos y la desliza sobre la polla, entrando hasta el fondo con toda la intensidad, sin dejarla respirar.Laura grita de placer entre las cuatro paredes del despacho insonorizado en el que Daniel la está penetrando sin piedad.

-Voy a correrme-. Da las últimas estocadas antes de que su semen salga disparado y su esperma inunde el interior del condón. Consciente de que ella está a punto, retira el profiláctico con rapidez y la pone de nuevo boca arriba sobre la mesa de cristal. Mete dos dedos en su coño mientras se lo come con sus carnosos labios... Su lengua hace círculos sobre el clítoris Laura si parar de meter y sacar sus largos dedos hasta el fondo, mientras disfruta del manjar que es su coño y de como ella se retuerce de placer y libera un orgasmo intenso que la hace temblar. Daniel lame cada resto de semen, dejando su coño limpio de resto y tragando cada gota y recuperando su gran erección de nuevo.

...continuará..


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