EL LABERINTO

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Aquel día volvía tarde a casa.

Salió tarde de trabajar y perdió el

autobús de regreso tuvo que esperar

al siguiente, y ya era de noche.

Aquel día era lluvioso y frío

no le gustaba la lluvia no soportaba

que le cayera una gota en la piel y

mucho menos en el pelo.


Esperando el bus se le acercó un personaje.

Empezó hablar con ella primero del tiempo.

Y acabó contándole toda su vida en pocos

minutos ella, solo escuchó aquel desconocido.

Le pareció raro, siempre le parece raro que

la gente le cuente su vida a desconocidos como 

a ella  aquel tipo.

Alguna vez que otra perdió su bus de siempre.

Y apareció aquel tipo siempre hacia lo mismo.

Aquel día pasó lo mismo el tipo se acercó y

comienzo de nuevo pero ella  le dijo

que la dejara en paz que no le importaba su vida.


El tipo la miró desafiante, se acercó a ella

 y aprisionó sobre su costado algo cortante

y frío.

¡¡Càllate puta!!....

Ahora vendrás conmigo, crees que no he

visto como me miras...

  EL desconocido la llevó encontra de su voluntad.

Andando varias calles hasta llevarla a un edificio

viejo, y casi en ruinas.

La tiró sobre un colchón viejo y la dijo que se

desnudara.


Ella se quedó quieta no estaba dispuesta a 

obedecerle, el tipo empezó a desnudarse.

Y ella se incorporo y se puso en pie dispuesta

a salir corriendo en cualquier momento.

El tipo empezó a tocarse sin importarle quien

estubiera allì.

Corriò en cuanto este le dio la espalda.

Y sin saber como se vio metida en un laberinto

del que no sabia como salir.

Por más que quería no podía encontrar la salida


Cuando amaneció aquella tela de araña donde

se encontraba empezó a tener rostro y cara.

Veía a mucha gente buscando la salida.

Algunos bien vestidos como ella, otros con harapos.

Todos buscando la salida, todos queriendo salir de allí.


Volvió a ver al desconocido, estaba desnudo

 como la última vez que lo vio.

Y volvió a correr y el deconocido detrás.

Gritandola diciendo obscenidades, y amenazándola

con matarla si no se dejaban atrapar.

Volvió la vista atrás cuando vio aquel tipo

revolcandose con una de aquellas extrañas mujeres.

Mientras se alejaba pudo ver como en el frenesí

del encuentro y mientras copulaba con la extraña.

La degollaba salvajemente sin piedad entre sonoras

carcajadas, y como parecía excitarse con cada puñalada.


Aquel acto la hizo ser consciente de que corría

peligro y que si no salia de aquel laberinto.

Nunca volvería a ver la luz del día.

De esto ya hace un año, sigue buscando la salida.

Del extraño ya no huye, después del salvaje

asesinato de aquella mujer nunca más lo volvió a ver.


Ya no viste bien, se ha convertido en una mendiga mas.

A duras penas sobrevive robando ropa y comida.

Cuando llega la noche en su cubículo hace memoria

de como llegó allí e intenta encontrar una explicaciòn.

Esta noche volverá a buscar la salida e intentará salir del

laberinto y volver a su casa.


Al hacerse de noche sale de su escondrijo, siempre

con miedo , siempre con el temor de ser atacada.

Ha sobrevivido intentando no ser visible,

 aunque ha habido

veces que ha tenido que huir cuando ha visto que

se fijaban en ella, después de un tiempo es difícil

que no te vean.

Esa noche salió de aquella maraña de laberinto.

Y vio aquella parada de bus, se dirigió corriendo

y vio a una señora esperando.

Comenzò a contarle su historia, y aquella mujer

solo la escuchaba callada, y luego  se marchaba.


Ella se quedo allí era su parada de bus solo quería

volver a casa, pero nadie la veía, nadie la escuchaba.

Así volvió una vez y otra al mismo sitio era su única

salida.

Pasado algún tiempo solo esperaba sin hablar

y veía como la gente subía un día y otro a su

autobús para volver a su casa.

Volvió a su refugio y estuvo varios días deprimida

sin salir de allí, y pudo observar por primera

vez como se comportaban los habitantes de aquel

lugar, observó como se mataban unos a otros

pero nunca mermaba la cantidad de individuos.

Siempre encontraba caras nuevas, y  aquel día

no pudo evitar asociar muerte con liberación.


Cuando vio por casualidad como aquella señora.

La del bus era violada y degollada.

Nunca más volvió a ver al asesino, y así lo mismo 

con otros extraños que habitaban en aquel lugar.

Después de matar de forma salvaje nunca más

volvía a verlos.


¡¡Pero ella no era una asesina!!....

También  se fijó en algunos extraños que habitaban

en aquel infierno de lugar.

Se acercó  a una anciana y esta la recibió de forma

hostil, pero pudo averiguar lo que quería.

La anciana corroboró sus dudas;

Anciana-; Solo matando a alguien

 nuevo podrás salir de aquí....

Ella nunca tuvo valor por eso seguía

 encerrada en aquel laberinto.

Aquel día volvió a su parada de bus y esta vez

dispuesta a todo.

Ese día un adolescente se hallaba esperando

en la parada de aquel bus.

Ella sin pensárselo dos veces agarró aquel

chiquillo se lo llevó a su cubículo lo violo y

 mató sin piedad, y mientras  lo hacia un

irrefrenable deseo de placer recorrió su cuerpo.

¡¡Por fin volvería a su casa!!....


Una vez  hecho aquel ritual volvió a su

parada de bus con el dinero que llevaba

en el bolsillo aquel chiquillo, y por fin

pudo montar en aquel bus y volver

a su casa esa misma noche

Ya hace tiempo de todo aquello y por

la noche tiene extrañas pesadillas sobre

todo los días lluviosos y fríos.

Se levantan aterrorizada siempre la

misma pesadilla, desde entonces

cuando sale tarde coge el metro, ò un taxi.

Nunca coge el bus siente terror cuando

ve una parada de bus.

En la pesadilla ella se convierte en un monstruo.

Y ella no es así, está claro que solo son sueños.

Y claro es imposible que exista un lugar como

el de sus sueños.

Aquel día en el metro  lo volviò a ver

pero no podía acordarse  porque su cara le era conocida.

El pasajero la miro solo un momento y

sonriendo la dijo ¡¡saliste de aquel infierno!!....

Entonces se acordó donde vio aquel tipo

era el mendigo del bus y  al abrirse

la puerta un impulso hizo que empujara aquel

hombre a las vías de aquel subterráneo siendo

arrollado por el convoy que venia en sentido

contrario.

Nadie vio como aquel tipo era arrollado.

Y ella sentanda en el metro no podía

consentir que nadie la hiciera vivir

aquel infierno de nuevo, volviendo

a su recuerdo todo lo que su mente

con tanto sacrificio le había costado

tener tapado y secuestrado .

Ella no era así ella no mataba sin un motivo.

Solo era una superviviente de un sueño

que se repetía sin cesar.

Un sueño que nunca  ocurrió de una

realidad que no pertenecía a este mundo.


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