Yo estuve aquí.

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Sus ojos miraban aterrorizados el horrible escenario. Su mano temblaba estridente mientras sostenía la pistola que hacía apenas unos segundos acababa de disparar. Sentía el calor emanando del metal del arma, procedente de la combustión generada al producirse el disparo. Miró a un lado y a otro. Sin saber que hacer o como actuar. Su mente se llenaba de recuerdos que hasta hace poco creía no tener.

Dos cuerpos. Una bala. Su memoria refulgía con los acontecimientos anteriores, hechos que le atemorizaban de un modo inhumano. Y luego, todo se oscureció.

 

Abrió los ojos. Se sentía atrapado en un espacio muy reducido. Golpeó todas partes tratando de escapar del habitáculo. Finalmente, una parte cedió y pudo salir de allí. Estaba en una habitación oscura. Apenas veía algo. Al girarse, vio el lugar de donde había salido, una capsula de metal, con una puerta de cristal. Al lado de esta, vio varios monitores con códigos y cifras que parecían no tener sentido para él. ¿Dónde demonios estaba?

Una puerta se abrió de golpe. Al volverse, vio a una mujer delante que le miraba con desesperación.

-          Ven conmigo.- Comentó.

Sin saber porque, decidió seguirla. Avanzaron por un sucio y alargado pasillo. Las paredes estaban desconchadas, el suelo lleno de polvo. No había nada más allí, tan solo una puerta de metal bien cerrada.

-          ¿A dónde me llevas?- Preguntó a su misteriosa guía.- ¿Quién soy? ¿Por qué estoy aquí?

Solo recibió el silencio por respuesta. Pero era cierto, no recordaba nada de él. Ni nombre, pasado, gente conocida. Nada. Era como si hubiese aparecido allí por arte de magia. Sin más.

La mujer se detuvo. Delante tenían una puerta. Ella giró para mirarle. En su rostro, pudo notar miedo y preocupación. Estaba desconcertado. No entendía nada. Ella abrió, y lo que encontró le dejo sin habla.

La habitación era pequeña. No había nada, excepto el cadáver de una mujer y una pistola justo a su lado. Cuando observó todo con detenimiento, una creciente ola de pánico le envolvió. Sentía como su cabeza empezaba a llenarse de recuerdos borrosos y fragmentados, pero con suficiente nitidez para comprender. La desesperación le embargó.

-          Yo estuve. Yo estuve aquí.- Comenzó a decir, alzando la voz cada vez mas.- ¡¡¡Yo estuve aquí!!!!

La mujer notó el nerviosismo del sujeto y comenzó a preocuparse. Se miraron, y cuando ella vio su miedo en esos ojos,  supo que las cosas se descontrolarían.

Recogió la pistola del suelo, y apuntó con ella a la chica. Ella se detuvo en seco, alzando las manos.

-          ¿Quién eres? ¿Por qué me has traído aquí?- Preguntaba furioso.- ¿¡¿¡Que me has hecho?!?!

-          Por favor, no lo hagas…- Suplicaba ella.- Si dejas que te lo explique.

Pero no hubo tiempo para explicaciones. Escuchó un estridente silbido y cuando bajó la vista, vio de su pecho surgir sangre. Entonces el logró completar el enigma.

La chica cayó al suelo desplomada, y todo volvió a ser como antes. Pánico, miedo desesperación. Todo volvía a repetirse en un ciclo donde no parecía haber fin. Miraba horrorizado preguntándose porque le tenía que ocurrir eso.

Detrás, la puerta se abrió con fuerza. Un grupo de hombres con trajes negros y mascaras antigás irrumpieron en la habitación. El se giró con rapidez y trató de dispararles. No hubo disparo, el arma solo tenía una bala. Uno de los hombres se le acercó y con un taser, logró inmovilizarlo. Entonces, la oscuridad volvió.

 

El grupo de hombres arrastraba al tipo de vuelta a la habitación de la que salió. Mientras dos lo llevaban de cada brazo, uno delante hablaba por radio.

-          El sujeto ha repetido la misma acción. Mató a su guía, tal como en los otros dos casos, señor.

-          Bien.- Dijo una voz áspera desde la radio.- Llevadlo de vuelta y metedlo en la capsula.

-          Con mis debidos respetos, ¿cree que es una buena idea?- Preguntó el hombre con crispación.- No es por nada, pero si ya ha ocurrido tres veces, que le hace pensar que la cuarta no volverá a suceder.

-          Entiendo su preocupación sargento, pero confíe en mi.- Dijo la voz con tono conciliador.- El sujeto pasa por una conmoción cerebral en el viaje. Sus recuerdos desaparecen y al despertar, no recuerda nada. Pero si le llevamos a un entorno familiar, estos regresan. El problema es que recupera una cantidad tan desmesurada de acontecimientos previos, que entra en pánico por la sobrecarga de información. Lo que tratamos de hacer aquí es buscar el modo de que recupere esos recuerdos, pero sin enloquecer por el camino.

-          Eso lo entiendo pero…

-          ¿Limpiaron el escenario?- Interrumpió la voz ante tantas negativas del hombre.

-          Sí, solo hemos dejado un cuerpo y una bala en el arma. ¿Cree que es seguro hacerlo así?

-          Es el único modo. Solo de esa manera el sujeto recuperara su memoria.

Llegaron a la habitación. Introdujeron el cuerpo del hombre dentro de la cápsula y cerraron la puerta.

-          Prográmenlo para un viaje de media hora. Quizás una mayor dilatación espacio- temporal no afecte tanto al tejido cerebral.

El sargento fue al ordenador y accionó los códigos. Tras introducir la cifra de treinta minutos, pudo ver como el pobre diablo de dentro empezaba a brillar y luego se transparentaba hasta desaparecer. Sintió pena por él.

-          Muy bien chicos, tenemos media hora. Volvamos a nuestra posición. Y avisa a Ángela de que se prepare para entrar y guiar a ese tipo hasta allí.

Los hombres dejaron el cuarto. En media hora, el volvería y el ciclo se repetiría de nuevo.


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