Sexo en el concierto

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El Barrio siempre lo conseguía fuera donde fuese, el recinto estaba  llenísimo y yo gritaba eufórica con mi sombrero alzado como buena 'barriera'. Unos ojos verdes no paraban de mirarme y pegarse a mi cuerpo en varias ocasiones durante la noche, cosa que no me extrañó ya que en un concierto es lo más normal del mundo, incluso quedarte sin dedos en los pies de los continuos pisotones.

Conforme transcurría el tiempo, el dueño de esos preciosos ojos verdes llamaba más y más mi atención, no paraba de mirarme y sonreírme con una cara atrevida y pícara. Yo no me dejaba intimidar por nadie, nunca. Así que lo desafié, lo miré fijamente con el  ceño fruncido, su insistente mirada me empezaba  a molestar, me estaba distrayendo de mi principal objetivo, el concierto.

Vio mi mirada y casi soltó una carcajada, - No entiendo lo que le hace tanta gracia a este imbécil.- pensé.  Y como si pudiera meterse en mi cabeza y escuchar mi pregunta se acercó aún más a mí y elevando la voz para que lo pudiera escuchar bien me dijo.

-Si antes me ponías, ahora con esa cara de enfado casi exploto.

Casi le meto un tortazo, pero no me dio tiempo, me agarró la mano con fuerza y me miró fijamente a los ojos. Si, era guapísimo, tendría 5 años más que yo, unos 26. Pude ver pelo totalmente moreno bajo de su sombrero y unos labios excitantemente voluptuosos.

Me besó y yo no me resistí, en mi interior tuve que reconocer que me encantaron aquellas palabras, sabía tan bien... hundió su lengua en mi boca y la sacó poco después para lamerme el lóbulo de la oreja. Dios mío, estaba tan húmeda... notaba mis braguitas y mis leggins mojados y él para comprobarlo bajo su mano y la metió por el filo del fino pantalón.

¿Qué me pasaba? ¿Por qué no me negaba?   Nunca he tenido sexo con un desconocido y mucho menos en público pero quería seguir y alargué mi mano para tocar su pene a través de su vaquero, estaba duro, muy duro pero no podía tocarle bien con ese textil. Lo pegue a mi cuerpo para que nadie se percatara, le desabroché el pantalón y saqué su pene para masajearlo mientras el hundía dos dentro de mí. Sonrió al verme mirar hacia abajo, supongo que notaría  mi cara de asombro al ver esa gran polla.

Me tocaba el clítoris enérgicamente e introducía sus dedos,  ahogaba mis gemidos en su boca para que nadie pudiera escuchar lo que hacíamos y nuestros cuerpos estaban pegados para que tampoco se pudiera ver nada.

Yo le tocaba su pene de arriba a abajo con fuerza hasta que esa voz volvió a sonar cerca de mi oído. - Me voy a correr pronto, preciosa-.  Asentí, no podía hablar, un orgasmo vino a mí, subiendo por mis piernas hasta casi hacerme caer al suelo de la flojera. No paraba de masturbarme con los dedos y chillé, con el ruido del concierto no creo que se escuchara mucho pero si se escuchó tampoco me importó en absoluto. En ese momento sentí su líquido caliente sobre mi mano y ahogo su varonil gemido echado en mi hombro.

No me dejo hablar, tiro de mi por toda la multitud. Nos costó salir de allí pero al final conseguimos llegar a los servicios me bajó el pantalón y me subió a camiseta mientras me posicionaba contra la pared y el quedaba detrás mía. Sacó su pene y me folló, me follo locamente mientras yo me tocaba el clítoris y él me susurraba que me corriera para él. Así fue, me corrí para él y acto seguido el se corrió para mi, derramándose encima de mi culo.

Salí de aquel lugar acalorada, volví al concierto al mejor sitio que pude, me recompuse un poco los pelos y me coloqué mi sombrero.

Nunca más volví a ver al dueño de aquellos preciosos ojos verdes.


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