2 enfermos y una calesita

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LA CARTA ROBADA.
En Paris, justamente después de una oscura y tomentosa noche, en una época de otoño donde las hojas amarillentas caían suavemente al suelo y el viento resoplaba constantemente con demasiada fuerza, gozaba yo del silencio en aquel cuarto lleno de libros polvorientos y hojas rotas, la voluptuosidad de la meditación y de una pipa llena de brasas humeantes… yo pues yo estaba con Dupin. Durante más de una hora, por lo menos, habíamos permanecido en un profundo silencio, mientras que a las afueras de la calle Frandford resoplaba el viento entre las ventanas, nosotros parecíamos unos enfermos sentados en una calesita medieval, mientras que el humo condensaba toda la habitación. Yo? Pues yo, sin embargo, discutía mentalmente ciertos temas que habían transformado todo aquello en una base de adoquines, aquella noche las hojas resoplaban pero sin movimientos… solamente… solamente sin movimiento, cuando la puerta de nuestra habitación se abrió dando paso a la epilepsia…  sin aire y de repente, aaaaaaaafffffff, me despierto en una tina repleta de agua.
 Le dimos una cordial bienvenida, ya que nosotros revoloteando entre la tierra, veíamos su lado divertido, así como su lado despreciable, y su lado encadenado. Nosotros estábamos sentados en la oscuridad, Dupin… pues Dupin se levantó de su sofá color café, para encender una lámpara; pero volvió a sentarse, pues en aquella noche el frio no perdonaba a nadie, incesante inquieto, revoltoso saltarín, pero sin embargo se desplomo sobre el sofá, mi amigo… tenía muchos trastornos.
-Si es un caso que requiere reflexión- Observo Dupin, absteniéndose de encender la mecha, su cara era bordo por el fuego de la chimenea-, lo examinaremos mejor en la oscuridad.
De pronto del suelo envuelto en suciedad como metamorfoseándose de la nada surge un prefecto entre pensamientos de la mente envuelto en una capa delgada de sangre roja como una copa de vino desquebrajada, rebosante de un aroma francés como piernas envuelta en una estatua, unas cortinas de terciopelo siendo desquebrajadas por un niño o como la caída de lanas de las escaleras de una habitación envuelta en cuadros sin pintar.
-Esta es otra de sus extrañas ideas-dijo el prefecto de una facultad Civin , quien tenía la costumbre de llamar “extrañas” las cosas que superaban su comprensión, y que vivía entre la legión completa de “extrañezas”-.
-Es muy cierto- dijo Dupin, ofreciendo a su visitante una pipa envuelta en cenizas, arrastrando hacia él un cómodo sillón envuelto en sabanas de algodón aunque en su interior era hueco… Dupin sin embargo se sumergió en él… creo que se sumergió demasiado porque al volver la vista estaba buceando en un lugar que nunca existió. 
-Y ahora, ¿Cuál es la dificultad?- pregunté-. Espero que no sea nada relacionado con el género despertar.
-Ho no nada de eso- respondió con algara besa Dupin-. No no, replico Dupin- el asunto es muy sencillo en realidad… y no dudo que podríamos arreglárnosla bastante bien nosotros solos.- dijo con una sonrisa de par a par que mostraban todos sus dientes , envueltos en una blancura radiante… diría yo.
-Sencillo y extraño- dijo Dupin.
-Pues si, replique yo, y no es precisamente una cosa ni la otra. Esos recuerdos eran como el sonido de un martillo o como el de un reloj eran como un clavo en la cien de arriba hacia abajo adentrándose cada vez mas en nuestros punto de marginación social, al llegar allí la punta del clavo se en curva. AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAGHHHHHHHH el llanto de un bebe expulsado de su vientre, repleto de liquidos, repleto de agua, repleto de todo, retorciendose en su propio placer de un lago envuelto envuelto en liansas de papel color mache.
como una bomba que cae de Hiroshima y de la nada desaparecer al mismo sitio en donde estábamos, ese asunto por ser tan sencillo y a la vez tan desconcertante.
- Quizá sea la gran sencillez de las cosas la que los induce al error- dijo mi amigo.
Al oír esto simplemente me quede callado con la mirada perdida y sentado en el mismo lugar donde me encontraba dije: puede ser.
-Que insensatez estas diciendo!- replico el prefecto con una carcajada ronca.
-Quizá el misterio sea un poco demasiado sencillo- dijo Dupin
-HO dios misericordioso! ¿Quién a oído nunca semejante idea?
-Un poco demasiado evidente.
Jajaja Jojojo Jujuju- descorchaba su risa nuestro visitante. Ho Dupin, Dupin
Entre el bullicio de las voces y entre la calefacción del fuego. Dupin enciende la lámpara.
... Él se recuesta entre el sofá lleno de migas con la comida rancia ... yo me encuentro en una esquina de las paredes , entre tanto silencio y el sonido del viento, hasta que en medio de la noche se escucha un estruendo que hace vibrar las ventanas hasta hacerlas explotar en un estallido de cristal, mientras nosotros con los ojos en la luna nos exaltamos de golpe se escucha el maullido de un gato y recostados sobre el verde césped del jardín húmedo por el rocio las lágrimas caían del cielo.


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