A una valla de distancia

Como tristes margaritas

deshojadas por la alfombra,

como los cuerpos sin sombra

de unas voces que tiritan,

sus sueños se debilitan

entre muros de metal,

muerto o vivo, ya da igual

dejar atrás la ladera

porque al cruzar la frontera

vive el cielo terrenal.

Las mentiras se apoderan

de las almas sin futuro,

cuando el vivir es tan duro

por las tierras que nacieran,

las ansias les desesperan

viendo sólo una verdad:

cazar la oportunidad

del mar cruzar el estrecho

por convertirse en “sin techo”

del centro de tu ciudad.