LA ROSA TRISTE

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LA ROSA TRISTE

Erase una vez un bello jardín plagado de Rosas, era el jardín mas grande y donde había mas rosas que en ningún otro lugar, todos acudían para deleitarse ante tanta belleza. En un rincón al lado de una fuente redonda donde brotaba un chorro de agua limpia que bañaba una figura celestial de mármol blanco, se encontraba una de las rosas, precisamente la humedad y la sombra de un viejo cedro propiciaba que en este lugar crecieran las rosas más hermosas; allí nació nuestra rosa, (la llamaremos la rosa triste);ella no era tan agraciada como las demás o al menos esa era su creencia. Al estar rodeada de aquellas majestuosas compañeras, se encontraba afligida, élla no era tan guapa, tan grande y sus hojas habían sido atacadas por un pequeño hongo que le quitaba frondosidad. Cuando los enamorados se sentaban en el banco de madera junto a la fuente, siempre se acercaban a oler o a fotografiarse junto a las otras rosas. Cuando las mariposas recorrían el jardín sólo se posaban en los pétalos de sus vecinas. Al atardecer cuando se cerraban las puertas y la gente marchaba, cuando los pájaros buscaban cobijo de la oscuridad en el centenario árbol, cuando las mariposas plegaban sus alas y se refugiaban, cuando la fuente callaba, en ese momento de soledad y de silencio, era cuando nuestra rosa elevaba sus pétalos y le brindaba a la Luna su pequeña hermosura y así día tras día, viviendo con una enorme tristeza.

Cuando pasó la primavera y el verano, los pájaros emigraron, las mariposas cumplieron con su fatal destino, cuando el revuelo de los niños desapareció y apenas se vía gente por los jardines; llegó el frío, los árboles se desnudaron, el viento arrojaba las hojas hacía el olvido; también le llegó la hora a las hermosas rosas, sus pétalos, ya harapientos, comenzaban a caer balanceándose despacio antes de tocar el suelo y sus hojas que una vez fueron verdes y brillantes, ahora yacían muertecinas. Nuestra rosa triste también fue atacada por el destino y corrió la misma suerte que las otras, ya cuando a todas las rosas se les habían caído los pétalos sólo les quedaba al descubierto su corazón, en ese momento nuestra rosa triste observó que todos los corazones eran prácticamente iguales, sin embargo el suyo propio era el más grande y brillante, aunque su belleza en la plenitud de la vida no había sido tan espectacular como el de las otras, ahora se daba cuenta que había vivido toda su vida equivocada; élla también había sido hermosa y comenzó a descubrir y a encontrarle sentido a muchas cosas; las mariposas no se habían posado sobre élla, porque al estar al lado de la fuente les salpicaba el agua y sus alas no se podían mojar, los enamorados y los niños se acercaban a oler a las demás rosas simplemente porque estaban un poco más cerca del camino y siempre escogían hacerse fotos al lado opuesto porque la luz así lo requería.

Ahora era demasiado tarde, los jardineros se estaban acercando, el ruido de sus tijeras no había sido antes oído por nuestra rosa, pero sabía que aquello no traía nada bueno, y así fue, el rosal fue podado y todas las rosas cayeron sin remedio, su vida quedo sesgada una tarde fría de otoño.

 

 

Que no te pase como a nuestra rosa, que un complejo no te convierta sin motivo en una persona triste toda tu vida, quizás seas de corazón grande.


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