¡He perdido mi virginidad!

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¡Ey ey ey, escuchad, escuchadme, por favor! Tenéis que ayudarme. ¡He perdido mi virginidad! No

la encuentro por ningún sitio. A lo mejor vosotros la habéis visto. Es... tiene... mide... Ay, joder,

que ni siquiera sé como era. Pero si sé que mi padre se va ha enfadar como se entere de que la

he perdido con dieciocho años; él, que siempre me dice que hasta después del matrimonio es

conveniente no perderla, que de lo contrario, me quitaría de la herencia familiar y renegaría de mí

para siempre, que la virginidad no es algo que pueda ir ha comprarlo a una tienda...Y el caso

es que cuando mi hermano la perdió, le compró una Scooter porque decía que ya se había he-

cho todo un hombretón y estaba muy orgullosísimo de él. No sé, no entiendo nada. No me gus-

taría pensar que por ser mujer se me trata diferente pero, a ver, recapitulemos, ¿dónde he po-

dido perderla?, porque ha tenido que ser este fin de semana. Recuerdo que el anterior fin de

semana la llevaba conmigo, y doy fe porque todas mis amigas que ya la han perdido me deja-

ron de lado. Siempre se metían y burlaban de mí porque decían que se me iba ha pasar el

arroz, ¿qué querrán decir con eso? No sé por que tiene que ser un estigma llevar la virginidad

contigo toda la vida. Y el caso es que ahora me llaman puta y no sé por qué. La gente siempre

se va ha meter contigo por una cosa o por la otra, no me lo explico. ¿La perdería el viernes pa-

sado mientras Cristian me follaba en los servicios de la discoteca aquella? La verdad es que

estaba tan excitada y húmeda que se me pudo escurrir por el retrete, o quizá Cristian, mientras

me revisaba y pulía los bajos con su lengua, pudo ver o notar algo... Lo mejor sería llamarlo a

ver si él me puede dar alguna pista. A lo mejor si lo llamo le da por reírse como a mi vecino del

segundo que he estado esta mañana en su casa para ver si me la dejé allí el sábado por la

noche cuando me estuvo haciendo un dedo (mejor dicho, un par) cuando le estaba mamando el

nabo como una loca. Mira que le dije que se estuviera allí en la habitación quieta mientras yo

me daba el lote; se ve que a la virginidad no le gusta mirar, aparte de que todos los chicos con

los que he estado dándome el lote siempre me miraban mal cuando sabían que la tenía, siem-

pre la trataban con desprecio y rechazo; y personalmente tampoco es que yo la eche mucho

de menos, de hecho me siento hasta liberada de la hostia, pero es que no conocéis a mi pa-

dre, ya verás. Al final tendrá que aceptar que las chicas también tenemos derecho a follar tan-

to como los chicos; parece que a los padres no les gusta que se follen a sus hijas porque sa-

ben de primera mano como son los chicos y que todos quieren lo mismo, pero ea, se tendrá

que acostumbrar porque con lo buena que estoy no voy ha estar recluida en un convento de

monjas, no te jode; que a una también le pica el coño... Ay, ¡creo que sé donde pude haberla

perdido!... Claro, ¿cómo no se me había ocurrido? Me la debí dejar en la parte de atrás del coche

de aquellos dos chicos tan majos que conocimos en el parque ayer por la tarde mi amiga He-

lena y yo. Se ofrecieron ha darnos una vuelta, pero mi amiga dijo que se tenía que ir, por lo que,

al final, me la tuvieron que dar a mí sola. Después de dar una vuelta nos fuimos a un descampa-

do y nos pusimos a follar. La verdad es que me lo pasé pipa metiéndome dos vergas a la vez,

primero por la boca y luego por el coño. Y cómo gritaba yo, como una loca, no os lo podéis ni

imaginar, como un cerdo degollao´. No me había dado tanto gusto una polla en mi vida. Al final

llegué a mearme en los asientos y todo. Que vergüenza. Pero, y lo calentita que estaba su lefa

cuando se me corrieron en las tetas... ummm. Mierda, lo que pasa es que no sé dónde viven ni

sé sus números de teléfono... Puffff ¿Y ahora qué hago? ¿Debería ir ha poner una denuncia a la

guardia civil o la policía? Tal vez debería poner carteles de se busca..., la putada es si los ve mi

padre.

Jo, por favor, querida e incomprendida virginidad mía, si estás leyendo esto por un casual, regre-

sa conmigo. Te echo de menos... bueno, no mucho, pero ven porque papi se cabrea.

Bueno, pues nada. Si alguno de vosotr@s la encuentra, que no deje de ponerse en contacto

conmigo en la siguiente dirección. Os estaría eternamente agradecida.

putonverbeneroabarrepollas@jomail.g


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