Carlos se abalanzó sobre mi novia semidesnuda...(3)

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Aunque nunca habíamos probado esa bebida característica de los indígenas, si habíamos escuchado mucho sobre los efectos que produce durante algunas horas en la conciencia… y a pesar de dudarlo…decidimos probarlo. Nunca nos imaginamos los efectos alucinantes que puede llegar a producir pocos minutos después consumirlo….pero ya no había marcha atrás, a partir de ese momento la perspectiva cambio totalmente.

El fuego en un matrimonio para ellos simboliza fuerza, pasión descontrolada y adulación al reino del vino, a estas alturas los veía como auténticos ménades adoradores de Dionosios en la mitología griega…de carácter salvaje, excéntrico, loco y falto de toda razón, pasaron todo el tiempo bailando y cantando frenéticamente hasta llegar el éxtasis. El ofrecimiento transcurría por los caminos acostumbrados para ellos al ritmo que marcaba la gula de nuestros ocasionales acompañantes. Las horas pasaban…. Llegó el momento en que Laura sugirió a Carlos quitarle el liguero a la novia, haciendo un corrillo para que nadie viera más de lo que su imaginación le permitiera, pero fue imposible, la música y efecto de la bebida hacia que ninguno de los ahí presentes conservara lo que normalmente llamaríamos conciencia, imaginación y mucho menos el equilibrio.

A estas alturas el traje de novia ya no estaba completo, no había corona de flores, ni cola larga de encajes, solamente quedaba el vestido blanco que cubría la hermosa lencería de su ropa interior compuesta por un corset blanco muy sexy unido con las medias por ligueros, una diminuta tanga del mismo color con encajes transparentes y unos guantes también blancos con trasparencia que llegan un poco más arriba de la muñeca. La novia quedo recostada ligeramente contra la mesa de madera que estaba junto a un árbol y Carlos en su intento por quitar con su boca el liguero quedo prácticamente con la cabeza en medio de sus piernas ya que el liguero estaba bastante arriba del muslo muy cerca de la ingle, su vestido se subió lo sufriente para que todos los espectadores pudieran contemplar completamente su ropa interior casi transparente y diminuta, la novia apoyo sus brazos sobre la mesa inclinando la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados y abriendo un poco las piernas para permitir al ya descontrolado Carlos quitara con facilidad el liguero, por su parte Carlos estaba totalmente desbocado con la entrepierna de la novia adornada de la ropa interior muy cerca de su cara… hacia presión con su rostro para agarrar con la boca el apreciado liguero. En ese momento algunos de nuestros acompañantes también estaban muy provocados con la situación y aprovechando su escases de vestido e influenciados por el efecto de la bebida, hicieron buen uso de su natural condición cultural de polígamos, Laura y yo miramos a nuestro alrededor y pudimos ver que se besaban y tocaban apasionadamente confundiéndose con la naturaleza en el mismo sitio donde se encontraban ubicados, no puedo negar que la situación me generaba celos y rabia por lo que estaba sucediendo con mi novia, pero no sé si por el efecto narcótico del yagé también me provocaba morbo y excitación; Laura respiraba profundo y miraba con la misma excitación a nuestros acompañantes quienes por la naturaleza de su trabajo poseían cuerpos dignos de una escultura, a ella parecía no importarle nada más.

Otros de nuestros acompañantes preferían presenciar el numerito que les estábamos ofreciendo y continuaban a nuestro lado, en corrillo alrededor de Carlos y la novia haciendo mucho ruido, por su parte a Carlos no parecía preocuparle agarrar con la boca el liguero rápidamente, se veía más bien interesado en otras cosas porque sus labios rozaban la ingle de Isabel y apretaba sus mejillas contra el sexo de ella, mientras Isabel continuaba apoyada con sus brazos sobre la mesa, con la cabeza inclinada y su cuerpo arqueado hacia atrás, con los ojos entrecerrados como flotando y mordiendo sutilmente sus labios como expresión de desespero y cosquilleo. En ese momento las mujeres que habían preparado a Isabel para el ritual se colocaron alrededor de ella y comenzaron a quitarle el vestido blanco desnudándola y dejándola únicamente con el corset y ropa interior y la agarraban de la espalda como pretendiendo tenerla inmóvil; en ese momento Isabel cruzo las piernas sobre los hombros de Carlos apretándole la cabeza fuerte contra ella…no pude ver claramente, pero creo que le froto el rostro fuerte contra su sexo, en ese instante los hombres se acercaron a Laura y las mujeres a mí para intentar quitarnos la ropa también. Fue solo un segundo… cuando reaccione mientras me quitaban la ropa, Isabel separo sus piernas permitiendo que Carlos agarrara el liguero con sus labios y comenzara a sacarlo recorriendo su muslo…mientras lo hacía no perdía ni un segundo para besar y rozar sus piernas disimuladamente, Laura y yo estábamos semidesnudos y cuando Carlos termino de sacar el ansiado liguero, se apartó un poco de ella.

Yo por mi parte aproveche la tregua que se dieron acercándome a Laura y comenzamos a besarnos, ella coloco su mano en mi pene por encima de mi boxer y sin dudar empezó a frotarlo tímidamente….nos besábamos fuertemente y mis manos empezaron a recorrer todo su cuerpo…ella metió su mano en mi bóxer agarrando mi pene que para ese momento ya era una verga totalmente erecta, gruesa y muy dura, nos quitamos la ropa interior rápidamente y Laura se puso de rodillas frente a mi dándome una mamada espectacular.

Por su parte, Carlos se abalanzó sobre mi novia semidesnuda...sin dejarla acomodar…en la misma posición en que se encontraba…se acercó…estaba exaltada, respiraba fuerte y profundamente, su cuerpo sudaba, sus ojos estaban “(…)perdidos en el mundo inconsciente los espíritus(…)”, sus labios hinchados, carnosos y húmedos…invitaban a que la besara mientras se apretaba contra él, con sus piernas abiertas sintiendo su verga por encima de la ropa interior, el beso fue apasionado, las manos de Carlos se perdían en su cuerpo buscando sus arcanos, Isabel lo desnudaba. Los cuatro olvidamos todo…nos transportamos, yo disfrutaba profundamente mirarla excitada dejándose llevar por los placeres a punto de ser penetrada…se veía como una diosa con la ropa interior (escogida por ella para “nuestra noche de bodas”), empezaron los movimientos desesperados entre Isabel y Carlos, los roces voluntarios y fuertes … la música, su cercanía y su aroma propiciaban un ambiente lleno de sensualidad, deseo, calor y erotismo “(…) que imagen más bonita su cuerpo (…)”, las yemas de los dedos de Carlos dibujaban su silueta, Carlos saboreaba su cuerpo, y se enredaban con locura. (continua)


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