Felipe, yo no te imaginaba asi

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Lo conocí en 2010, por aquellas coincidencias del destino, llego a la oficina donde yo trabajaba, yo acababa de llegar de otra ciudad no conocía a nadie y realmente nunca fui buena haciendo amigos; pero desde el primer momento en que lo conocí quede embrujada por su profunda y misteriosa mirada, tenía ese aire de niño bien, niño consentido, era ese príncipe que todas soñamos gracias a los cuentos de hadas, alto, rubio, con intensos ojos azules, cortes, galante, reservado, demasiado perfecto para ser real, pero hay estaba en frente mío y yo sin poder pronunciar palabra.

Aunque, parece ilógico, morí ante su impecable presencia y su místico aroma, jamás olvidare esa tarde de mayo en la oficina de copiado…

Para ese momento yo era demasiado correcta, por decirlo de algún modo y no debe ver el interés que este hombre, con nombre de príncipe había despertado en mí.

Pasaron los años, y por ahí dicen que lo que tiene que pasar pasa y que el destino teje de maneras extrañas los hilos que cruzan los caminos de nosotros simple mortales.

Pasaron 3 años, y coincidimos nuevamente en el trabajo, y por lo extraño del destino yo llegaba a dirigir el proyecto para el cual él trabajaba. Para marzo del 2014, habíamos consolidado una amistad no muy pública por la condición laboral que nos relacionaba, pero nos estábamos acercando peligrosamente, yo sabía el riesgo.

Desde el primer día que lo conocí, me encanto, yo quería tenerlo cerca deseaba sus besos, deseaba su cuerpo. Pero él seguía siendo el caballero intachable de aquella tarde del pasado…

Tengo por fortuna una buena amiga, una que te bota al medio del mar para que puedas disfrutar de las olas más intensas y profundas, porque eso era para mí Felipe un inmenso mar azul como sus ojos en el que me quería sumergir, aunque fuera solo una vez.

En realidad, todo surgió muy rápido, el jueves se programó la salida, nos iríamos a una población cercana…el viernes en el trabajo cuadramos el viaje de manera muy casual para que nadie sospechara nada, solicite permiso para salir a medio día, nos encontraríamos en un sitio estratégico lejos de la empresa y de nuestras respectivas casas.

El camino hasta esta hermosa población es de dos horas, y no tengo que mentir yo me sentía llena de curiosidad, el viaje solo seria de una noche pero antes nunca había existido siquiera una insinuación…que pasaría; le confieso que fueron dos eternas horas en las cuales hablamos, del único tema que nos unía trabajo…suena extraño pero así fue ni media insinuación.

Ya en nuestro destino, la pregunta que me erizo la piel salió de sus labios, ¿dónde pasaremos la noche?, pregunto de lo más tranquilo, yo asumiendo esa misma pasividad y sin mostrar mucha emoción para no desentonar, señale un lindo hotel de corte colonial. Allí en la recepción mis piernas temblaban, pero él se mostraba tranquilo nada lo turbaba, era imposible saber que pasaba por su mente, dejo a mi elección la habitación, efectivamente elegí una con balcón hacia la piscina la vista resultaba hermosa en aquel paraíso.

Subimos con el encargado, quien nos entregó las llaves, al llegar solo estaba la cama, mis nervios y sus intensos ojos azules sin pisca de entusiasmo…bueno eso creía yo.

Basto un segundo, después que la puerta se cerrara tras el botones, para que mi príncipe de cuentos de hadas se convirtiera en la versión mejorada de un insaciable sexual, me tomo por el cuello me beso tan intensamente que hoy aun siento sus fuertes labios tocando los míos, ese momento fue sublime, lo había añorado por años, y no iba a perder ni un minuto…prácticamente me arranco la ropa, ese niño bueno que me encantaba se transformó sus ojos solo mostraban deseo y mucha pasión.

Me tomo violentamente por el cabello, esa fuerza que excita, que te hace desear…esta vez morí, morí por ver como también se quitaba la ropa y sobre la cama me penetraba insaciablemente no paro por más de 20 minutos, sentía una explosión en mi vientre…ahora si confirmaba que era perfecto el príncipe se transformaba en un toro en la cama.

Para que les cuento que, la noche fue mejor, la mejor faena de mi vida, nos sentamos en el balcón, de aquel hotel que por aquella temporada estaba casi desalojado, por tanto teníamos total privacidad, tomamos ron…hablamos nuevamente si de trabajo…no tenemos realmente más en común pero la conexión no se hizo esperar; en ese momento yo tenía una falda de jean, corta que el hábilmente subió para sentarme en sus piernas allí sentía su miembro firme, ya sabía lo que me esperaba toda la noche….bajo mi rosada ropa interior y me penetro hay en el balcón bajo la mirada inclemente de la lluvia que esa noche caía…yo gritaba de placer mientras él me acariciaba el pecho con sus manos.

Pero mi vagina no fue suficiente para su apetito, siguió con mi boca…no soy presumida…pero conozco bien mi habilidad con mi lengua y con mis labios, el sexo oral mutuo fue una delicia su boca se llenaba de mi… sentía su lengua dentro de mí era un sueño…yo tomaba su semen como un elixir.

Al siguiente día, cada uno regreso a sus actividades…pero ahora cada vez que lo veo sé que debajo de su comportamiento elegante y su caballerosidad se esconde un amante insaciable que devora mujeres…


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