La cuñada II

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Pasaron los días y no podía sacarme de la cabeza aquel primer encuentro, sin saber, sin suponer que sería solamente el inicio de varios encuentros desenfrenados y lujuriosos, mientras pasaron los días y mi cuñada estaba donde me encontraba se levantaba para salir del lugar, pensé que no me quería ver, que algo malo iba a suceder, que no aguataría la situación y hablaría todo lo que había pasado hace, hasta ese momento dos semanas, pero aun con ese miedo, no podía olvidar su cuerpo desnudo.

Un fin de semana, para variar, caluroso, recuerdo que estaba viendo un partido en la casa de ella, sentado en el sillón antes de la hora de almorzar, todo absolutamente normal, casi absorto de lo que sucedía, hasta que la veo aparecer en el living, llevaba un short de aquellos que se usa para hacer deporte, bástate ajustado, con una remera de tiras blanco, quede hipnotizado con su escote, sorprendido por sus senos ya de mujer, no grandes, no pequeños el tamaño justo. Paso un momento en que la miraba y ella sin decir nada sonríe y se sienta al lado, saliendo del hipnotismo seguir viendo el partido.

Mis ojos estaban en una discordia, miraba la televisión y observaba la curva que se le forma en la espalda hacia la cola ya que estaba sentada en el borde del sillón y yo apoyado mas atrás con las piernas abiertas (típica postura de hombre viendo un partido) se le notada, un trasero firme, de buen tamaño. Hasta en que un momento siento su mano en mi pierna, yo solo llevaba un short de deporte hasta la rodilla, pone su mano en mi muslo, no paso un segundo y mi pene completamente duro, la mano que estaba cerca suyo se pone en su trasero y al menor toque ella arquea su espalda y hace un gesto llevando su mano directo a mi pene, una corriente eléctrica siento, por excitación y nerviosismo... no estábamos solo en la casa.

Mi cuñada no me miraba, ni miraba donde tocaba, solo observaba el umbral de la puerta por donde podría venir alguien, pero su mano se movía sobre mi pantalón, yo mirando la tele acariciaba su trasero, de pronto, se levanta siempre mirando para otra parte y en un momento a otro, se sienta sobre mi dándome la espalda, mi pene absolutamente duro dentro de mi pantalón siente su trasero moverse, no fue más de un minuto y se levanta rápido.
Durante el almuerzo no miraba, ni la miraba, pero de reojo observaba su escote, solo notaba su sonrisa de complicidad. Paso el día normal, caluroso y como es costumbre nos quedamos hasta tarde. Esa misma noche, por cosas del azar, me quede esperando a mi esposa mientras ella iba acompañar a su madre donde un tía, sabía que mi cuñada estaba en su habitación y yo a unos metros sentados, haciendo pasar el tiempo, hasta que mi celular suena, un mensaje de mi cuñada "no pierdas tiempo, ven, te espero".

No espere mucho tiempo y me dirigí a su habitación, al entrar me quede pasmado viendo su cuerpo semi desnudo en la cama, solo llevaba una pequeña tanga negra, estaba de estomago y escucho decir "ven papi, apúrate" sin pensarlo me pongo al lado suyo y mi mano se dirige a su trasero, lo apretó fuerte y recorro su sexo, hasta comenzar a masturbarla, su respiración se agita inmediatamente.
"He estado esperando mucho que se repita, tengo muchas ganas de ese pene rico" solo al decir eso siento que mi pene quiere explotar, me pongo detrás de ella y ella levanta su trasero, su trasero rozaba mi pantalón, y me lo quito, coloco mi pene erecto entre sus nalgas y veo que me mira de reojo, me acomodo y coloco mi pene en su conchita, por detrás, la penetro de inmediato, siento, nuevamente, su conchita húmeda y caliente.

La tomo de la cadera y la giro, quedando de acostada de espalda en la cama, la veo desnuda, excitada y ansiosa, se muerde el labio mirando mi pene erecto y tomo sus piernas, las levanto para acercarme a su conchita, mi lengua sin piedad juega con su sexo, siento su mano apretar mi cabello "oh papi que rico, no, sigue, no acabes" arquea su espalda y coloco mis dos manos abiertas en sus nalgas y devoro su conchita....

Me empuja de los hombros y tomo mi pene... "ahora hazlo con tu pene, papi" empujando mi pene directo hacia su conchita ansiosa, la penetro totalmente y apretó mis nalgas "es lo más rico que he sentido papi, me encanta" la penetro consta mente hasta que observo que su espalda la arquea y su respiración se acelera, sin pensarlo comienzo a hacerlo más rápido, más profundo, mas rápido... el sonido de nuestros cuerpos se mezclan con el sonido de su gemido... "que rico" digo...si papi, muy rico, me calientas tanto... me responde...

Cada vez mas rápido, hasta que sin poder aguantar más, siento como sale toda la leche de mi pene llenando su conchita, me quedo encima de ella, exhausto y me dice al oído... "mmm que rico, no se te ocurra que esto termina acá" me besa en profundo y me dice, ahora anda al baño antes que llegue alguien, por mi parte estaba tranquilo, sabía que mi cuñada se estaba cuidando...

Vuelvo a estar sentado en el sillón y llegan... me dicen "anda a despedirte de mi hermana, que nos vamos" voy de nuevo a su habitación claro ahora a despedirme y estaba acostada "me voy" me señala con un dedo que me acerque... ya cerca de su cama me toma el cuello y me besa la boca apasionadamente... "buenas noches, papi" sonríe... salgo de la habitación me voy de su casa...

 


(Si quieres saber más de mis confesiones... mándame un mensaje...)


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