El dulce recuerdo del sabor de tu boca

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EL DULCE RECUERDO DEL SABOR DE TU BOCA

Apenas encendí el auto, me volví a la puerta esperando a que subieras y te sentaras a mi lado como de costumbre, entonces recordé que yacías tres metros bajo tierra. De haber considerado la opción de incinerarte, estarías volviendo a casa conmigo, pero esa en realidad no era una opción. Así que regreso a casa solo y tú te quedas en la oscuridad de tu nueva morada.

     Ya en casa, giré la llave de la puerta principal y me paralizó la idea de que nunca más volverías a cruzarla. Ahora la casa me parece enorme, a pesar de ser de una sola planta.

     El dolor de tu partida me ha quitado el apetito, pero aún así me dirijo a la cocina. Abrí la nevera y lo primero que vi fue tu bebida favorita, una Sprite ya abierta, pensé en botarla, pero primero tendría que vaciar el líquido restante, mientras lo hacía recordé como que solías beberla a todas horas.

     Movido por la curiosidad y la nostalgia, decidí probar un poco, ahora no estás para cuidarme, y un pequeño sorbo no empeorará la diabetes que padezco de hace años. Fue así como te conocí, entre inyecciones de insulina,  había ganado el afecto de muchas enfermeras, pero tú fuiste la indicada, mi querida Emily.

     Después de aquel lapso reflexivo, probé tú Sprite, las burbujas de gas explotaban en mi lengua, y el dulce sabor embriagaba mis sentidos, era realmente una tanto agridulce, y aunque no percibí el sabor de la lima o el limón, aquella Sprite me recordó el sabor de tú boca, probé un poco más tratando de revivir el recuerdo de tus dulces besos.

     Tomé la llaves del auto y salí con el firme propósito de comprar todas las Sprites de la ciudad, horas después regresé a casa y acomodé las cajas del refresco por todos los cuartos, en unas horas me había convertido en un acumulador, como los que solíamos ver en la TV.

     Me prometiste envejecer a mi lado, cuidarme en la salud y en la enfermedad, pero te has ido. Salud, brindé con una copa de Sprite, seguida de otra y otra, mi cuerpo empezada a temblar, había olvidado la insulina, solo me importaba revivir el sabor de tus besos, que horas después se convertirían en el sabor de mi muerte.


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