MANUELA HEREDIA 1

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MANUELA HEREDIA
Pensando en cuando fue mi primera violación, cuando fue la primera vez que dije no y pasaron de
mis palabras y siguieron con los hechos, cuando mi cuerpo sintió la mezcla del rechazo y del
deseo en la piel sin saber siquiera que era el sabor del sexo en mis labios y a que me arrastraría
durante el resto de mi vida una batalla de humillaciones de varones sin escrúpulos en un cuerpo
vacío de orgullo y aprendizaje de mayores. Me quedé sin la explicación para adultos en un cuerpo
de niña para siempre en el que podían manejar a su antojo los hombres sin terminar de aprender a
decir no.
Buscando el anonimato, la palabra no dicha en voz alta, el secreto mejor guardado en el murmullo
de papeles para que mi voz pequeña quede atrapada y pueda oirme a mi misma pronunciar mis
palabras, mis últimas palabras porque este cuerpo no da para más. Ha sido humillado, vejado,
degradado, prostituido, apaleado, hundido en un dolor tan intenso que mi cabeza ya no soporta
estar viva. Cada día vivir es una tortura, cada día se hace más largo y más angustioso y nadie
entiende que solo la muerte me dará un respiro. Vivir duele y la tortura puede más a veces que el
cariño. La terapia abre viejas heridas, destapa fantasmas y me vacía en un pozo sin fondo en el
que no dejo de caer haciéndome un ovillo pequeño y deforme del que no quiero saber nada, solo
morirme y que todo acabe pronto.
Sembrada de escalofrìos la cama de sudor y lágrimas, enganchada de pensamientos negativos de
amores desahuciados por traiciones de adictos al sexo, hasta donde pudieron hacerme llegar
porque lo que yo sentía si era amor y quería complacer y quería ser amada, 50 Sombras de Grey
se me quedó muy escaso en mi historia real, él se convirtió en mi amo y yo en su absoluta esclava
tanto en el trabajo como en la cama. Hoy siento que estuve secuestrada en una relación tóxica y
muy peligrosa....
Lo más perverso es que aún me tientan sus manos en mi cuello dejándome sin aliento y mis
manos atadas y doloridas mientras me utilizaba a placer, fustigándome con la vara que yo misma
le había proporcionado para nuestros juegos, que luego dejarían marcas escondidas que me
recordarían la humillación y la derrota de no ser suya. Y aún así al día siguiente esclava en el
trabajo en el que la exigencia era máxima y las excusas para encuentros arrodilladas en la sala de
reuniones eran tan frecuentes como las altas horas de la noche en la que hacía horas extras
mientras él desaparecía a casa con su mujer.
Me recupero como una perra a lametones de mis heridas de guerra después de haber estado
dentro de una jauria de perros en celo, quizá yo también estaba en celo y no controlaba con quien
acababa, me ha costado levantar cabeza si es que la levanto, todavía me tientan los botes de
pastillas y el vodka y eso que ya he estado en coma en más de una ocasión, mi vida han sido
muchas lágrimas y a veces el dolor es más fuerte que seguir.¿Cómo se cuenta una violación?, una que fue hace ya 8 años...lo intentaré. Trabajaba en una guía
de ocio, esa noche me tocaba cubrir un evento de una empresa en una discoteca, era domingo,
dejé acostada a mi hija y después de ver una peli con mi pareja salí para hacer las fotos, llegué
pronto, me tomé una cerveza con el encargado....esa maldita cerveza...y me fui a cenar algo a ver
si terminaba de ambientarse el local, pero el mal ya estaba hecho. Esa cerveza contenía "algo"
más que empezaría a hacer efecto supongo que a la hora o así que fue cuando volví, ya me
estaban esperando, me llevaron directamente a la zona VIP. Estaba "totalmente" entregada a la
fiesta y poco a poco voy recordando menos de la noche, alguien que me subió al despacho de
dirección, mis pantalones bajados, algo de dolor, risas, hombres, yo tumbada en una mesa,
confusión, nada. Nada. Nada. Nada. Nada. Nada. Nada. Nada. Nada...........................................
nada, una voz: "llévatela al chalet, luego nos vemos" y yo entrando en la parte de detrás de un
coche, dos chicos delante, yo totalmente atontada, con miedo, no sabía donde me llevaban,
estaba tumbada en el asiento de atrás y apenas me podía mover, consigo incorporarme, no puedo
casi hablar, les intento pedir que paren, no me hacen caso, parece que salimos de la ciudad, ¡no
quiero! ¡no sé dónde estoy! ¡no sé quienes son! ¡no paran! ¡por fin un semáforo! consigo abrir la
puerta, ¡alguien intenta sujetarme! me tiro del coche y ellos arrancan! Me quedo allí tirada,
confusa y no recuerdo mucho más. No sé como llegué a casa, pero me recibe mi suegra y no
quiere jaleos, es una ciudad pequeña, no quiere que denuncie, me pide que me dé una buena
ducha y que vuelva a la cama con mi pareja que ya se me pasará....En el baño me hice muchas
fotos, tenía moratones por todo el cuerpo. Entre las piernas era un enorme cardenal. El culo me
sangraba y dolía. Mis pechos tenían marcas de dedos y de dientes así como morados. Mi brazos y
piernas tenían huellas de dedos por todas partes y morados, mis muñecas parecían haber sido
atadas, mi boca y mi cuello estaba lleno de morados y arañazos..... Aún así hasta hoy no he
denunciado. Las fotos las borré a las tres semanas. Quería olvidar lo que no se puede olvidar.


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