Reloj de arena cap.2

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Capítulo 2

La lectura del libro me había tenido despierto la mayor parte de la noche. Después del susto que me di al leer el prólogo, los primeros capítulos aumentaron la sensación de vacío que llevaba días sintiendo, estos relataban la vida de varias personas de clase media baja que esperaron toda su vida una oportunidad para ser felices y esta o nunca les llego o no la supieron ver, o lo que es peor, habiéndola visto les dio miedo aprovecharla.

Había pedido un par de días en el trabajo por lo de Marc así decidí indagar un poco más en el origen del libro. Solo había un sitio en el que me podían ayudar, una pequeña librería con ediciones raras y antiguas que se encontraba en el centro junto a la catedral. No era la primera vez que entraba en esa librería. Un par de años atrás y después de recorrer varias librerías de gran tamaño buscando ?La metamorfosis? de Kafka, libro que llevaba desde pequeño queriendo leer, esta fue la única en la que lo encontré.

La puerta era de hierro con un cristal que dejaba ver su interior, al entrar uno notaba que el aire había cambiado; la mezcla del aroma del cuero, el papel y la tinta creaban una atmosfera que invitaba a la relajación y te hacia hablar en un tono mucho más sosegado y bajo que el habitual. Había una chica morena y alta de unos 25 años detrás del mostrador.

-Buenos días, puedo ayudarle en algo- me pregunto mirándome por encima de sus gafas de pasta negra con media sonrisa.

-Sí, estoy buscando a Joaquin el dueño.

-Es mi padre y sintiéndolo mucho no lo va a encontrar, se jubiló hace unos meses y ahora llevo yo la tienda. Me llamo Carla, si puedo ayudarle yo.

-De tu por favor, me llamo Asier y tengo un libro antiguo que me gustaría enseñarte.

Saque el libro y lo puse encima del mostrador de madera. Nada más verlo y leer el titulo Carla se sorprendió, y como si de una reliquia se tratase lo cogió con sumo cuidado y empezó a ojear las primeras hojas buscando datos que saciasen su curiosidad.

-He heredado de mi padre la pasión por los libros antiguos, y he de decir que jamás había oído hablar de este libro. Por la encuadernación puedo decir que es de finales del siglo XIX, y las iniciales del autor se corresponden con las de Wells, el autor entre otros de ?La máquina del tiempo?. Pero conozco su obra y jamás había oído hablar de este libro. ¿De dónde lo has sacado?- me pregunto sin levantar la vista del libro.

-Es difícil de explicar, pero digamos que me lo ha regalado un buen amigo.

-Pues debe ser un muy buen amigo porque este tipo de rarezas están muy buscadas. ¿Cuánto quiere por él?

-Nada no está a la venta, además ni si quiera he terminado de leerlo. Solo tenía curiosidad por saber algo más de él.

-Pues siento no poder ayudarle pero de todas formas hablare con mi padre a ver si él sabe algo sobre este libro y le llamo.

Le di mi teléfono, las gracias y volví a casa con la sensación de que no iba a ser la última vez que Carla y yo hablásemos.

Justo antes de subir a casa recibí una llamada de Juanito. Le acababa de llamar la madre de Marc.

-Asier, ya han hecho la autopsia a Marc, el funeral será mañana por la tarde. Pero no vamos a poder verle por última vez. ?La voz de Juanito tenía una mezcla entre miedo y tristeza, y hablaba de manera lenta y espaciada

-Puedes ser un poco más claro por favor Juanito. ¿Qué ha dicho el forense?

-Por fuera estaba bien, pero por dentro, ha dicho el medico que si Marc no tuviese 32 años diría que ha muerto de viejo. Sus órganos eran como los de un hombre de ochenta años. No se explican porque, no saben si es un virus o que cojones le ha pasado así que han decidido incinerarlo.

Quede con Juanito al día siguiente para ir juntos al funeral y colgamos. No sabíamos que decir, cuando alguien cercano a ti muere es duro, pero cuando no sabes el por qué la sensación siempre es peor.

Esa tarde decidí seguir con mi lectura, el día siguiente iba a ser muy duro y no quería acostarme muy tarde.

"Polly había sido dotado con un don, el de la prosa. Era capaz de relatar de la manera más bella el acto más banal que cualquier hombre hiciese. Sus redacciones en el colegio eran alabadas por todos. Pero para sus padres en la vida solo había dos tipos de trabajo, los serios que dan dinero, y los de artista que no lo dan. Así que su padre por miedo a que no aprendiese esa lección lo saco de la escuela a los 14 años y lo puso a trabajar en la carpintería familiar.

El pequeño Polly comenzó en el negocio desde abajo, barriendo las virutas. Era aplicado en lo que hacía y nunca falto a sus obligaciones, pero seguía soñando con escribir. Catorce años después de entrar a trabajar en la carpintería Polly no había vuelto a escribir. Su mirada era triste y parecía mucho más mayor de lo que era. Esa infelicidad era un obstáculo muy grande para encontrar mujer y buenos amigos, la soledad se cernía cada más sobre él. Meses más tarde fue encontrado muerto en su cama una mañana. Todo el mundo cree que tomo algún tipo de veneno y se suicidó ya que encontraron una nota en su escritorio. Las primeras palabras que escribía desde que salió del colegio: Estoy vacío."


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