SOY INFIEL

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El hecho de ser infiel a mi pareja es algo que nunca se me pasó por la cabeza hasta que retomé el contacto con Mario. Mario es un chico al que conocí hace tres años, una noche en un bar de copas tomando algo con unas amigas, se me acercó y estuvimos hablando parte de la noche, enseguida conectamos y entre los dos surgió un feeling, una atracción especial, nos dimos los teléfonos y no sucedió nada más.

Ahora, pasados tres años, tengo un trabajo que me gusta, una vida social agradable y una pareja estable excelente.

Una de estas últimas noches recibí una llamada de Mario, al principio dudé si coger el teléfono o no pero la curiosidad por saber que quería me atacaba. Ya no recordaba el tono áspero de su voz, la sensualidad y la picardía con la cual regaba sus palabras. Hablamos durante una hora más o menos de como nos iba en el trabajo, de nuestras respectivas vidas sentimentales? finalmente quedamos para vernos ese mismo viernes.

La idea de volver a ver a Mario me gustaba pero me aterraba al mismo tiempo, cuando nos conocimos años atrás algunas cosas eran distintas a ahora y entre ellas estaba Manu, mi actual pareja.

Los días siguientes hasta el viernes ocurrieron con normalidad, a Manu le oculté la existencia de Mario.

Cuando llegó el momento a Manu le dije que salía con unas amigas y que llegaría tarde, un sentimiento de culpa me inundaba pero pensé que si no sucedía nada que superara los límites establecidos no tendría por qué sentirme mal.

Conduje hasta su piso que estaba en la ciudad vecina y tras estacionar en doble fila delante de su puerta le llamé para que bajara, me pidió que encontrara aparcamiento que iríamos hasta el lugar en moto ya que la zona era bastante transitada y difícil de encontrar aparcamiento, accedí y encontré uno bastante cerca. Tras dejas el coche me volví a acercar al portal y cuando bajó me quedé anonadada, no tenía mucho que ver físicamente con el Mario que conocí un día. Llevaba unos pantalones vaqueros grises que se ajustaban lo suficiente a él como para contemplar el bulto que irradiaba en su entrepierna, en la parte superior una camiseta gris también lo suficiente ajustada de cuello en forma de pico dejaba entrever parte de su pecho sin ningún pelo y sus brazos musculados quedaban al descubierto. El calor se empezaba a apoderar de mi tan solo mirarlo.

Bajamos entre risas y adulaciones hasta el sótano donde guardaba su Yamaha y sacando otro casco me pidió que me lo pusiera. Subí a la moto detrás de él y me acerqué notablemente hasta su cuerpo, mi entrepierna rozaba la parte baja de su espalda y temía que notara el calor que en ella había. Durante el trayecto hasta el local me agarré a él como un koala, mis manos tocaban por encima de su camiseta unos abdominales marcados que con cada empuñadura que daba se hacían notar.

Una vez que llegamos gasta el garito cogimos una mesa y pedimos unos Gin-Tonics. La noche iba transcurriendo entre risas, piropos, copas y chupitos. Decidimos jugar una partida al billar, yo no sabía jugar apenas pero unas risas nos echábamos seguro. Se situó detrás de mí con la excusa de enseñarme a coger el palo bien pero no me molestaba su presencia, al contrario, me excitaba.

- Sitúas este dedo por debajo y este otro por encima ? sus palabras caían en susurros a mis oídos y ese contacto tan cercano comenzaba a excitarme notablemente. ?Estas muy buena, me niego a terminar esta noche sin haberte follado.

Sus palabras tan directas me calentaron aún más, su entrepierna rozándose contra mi culo me escandalizaba y yo ya sentía que no podía controlar la situación. Le pedí que me llevara a su apartamento y poniendo cara de satisfacción accedió. Me cogió la mano y salimos corriendo de aquel bar. Tenía sed de probar sus besos, hambre de sus caricias y un deseo inundaba mi ropa interior.

En tal solo unos minutos llegamos a su portal, en el ascensor no pudimos reprimir más nuestras ansias y cogió mi cara con sus manos, junto sus labios con los míos y los fue separando con la lengua y así fue como calmó mi sed con un beso húmedo, travieso, excitante? El pulso se me aceleraba y la respiración se entrecortaba al ritmo que sus manos se enredaban en mi cuerpo. Salimos de aquel ascensor y con sigilo abrió la puerta de su apartamento y entramos, una vez dentro la pasión se desbordó, la ropa fue desapareciendo antes de llegar al dormitorio y ahí me di cuenta que iba a ser infiel a Manu y que el sentimiento de culpa llegaría con el amanecer pero en ese momento deseaba tener a Mario dentro de mí, deseaba su cuerpo, sus besos, sus caricias, su sexo.

Llegamos hasta la cama sin separar nuestras bocas, me senté en ella y él me fue empujando hacia atrás, llevó mis manos hacia arriba y las sujeto con una de las suyas, inspeccionaba mi pecho con la otra mano y su lengua se perdía en mi cuello y mi oreja dejándome totalmente a su merced.

Me mordisqueaba los pezones y su mano surcaba el sur de mi cintura buscando una hendidura para colarse, me introdujo un dedo que despertó aún más mi ansia de él y lo movió dibujando círculos y empujando hacia arriba, su lengua fue buscando un lugar cálido donde camuflarse y llegó hasta mi sexo, explorando toda la zona, hizo que mi mente volará más allá de mí y antes de que llegará al orgasmo se puso protección y me penetró con ganas, con ímpetu, hundiendo su pene profundamente en mí y haciendo que mis cuerdas vocales perdieran su sentido, tras varias embestidas más llegamos al clímax juntos y la habitación quedó en silencio, solo nuestros alientos se escuchaban en aquel piso.

Perdí la noción del tiempo y el sol comenzaba a alumbrar nuestros cuerpos desnudos que yacían el uno junto al otro. Sobraban las palabras en ese momento, ambos sabíamos de la existencia de nuestras parejas y que lo que acababa de suceder era una cuenta pendiente.

Me levanté y me vestí, salí por la puerta con un adiós de Mario y bajé a por el coche, conduje hasta casa reviviendo el momento y para mi sorpresa no tenía ese sentimiento de culpa que tanto me aterraba. Llegué a casa, me di una ducha y me metí en la cama con Manu, estaba agotada y pronto entré en una fase de sueño profundo.

 

www.7vidasyundia.wordpress.com


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