Allí la conocí (parte 1)

Intentaba evadirse: jugaba videojuegos, escuchaba musica, salia con sus amigos... Se lo pasaba bien. Pero no conseguia sacarselo de la cabeza. Un tema que siempre regresaba a sus pensamientos, cada vez con más intensidad que la anterior.

- ¿Por qué yo?¿Qué he hecho tan malo que no merezco una novia?- se repetía, desesperado.

-No te desanimes, algún dia encontraras a la chica que buscas.-afirmaba su amigo mientras posaba la mano sobre su hombro, en gesto animador- Además, ser soltero tiene sus ventajas... No tienes discusiones de pareja, por ejemplo.

-Muy avispado, seguramente tenga que ver con que tampoco tengo pareja- dijo Kevin, en un tono burlón, al menos su amigo le habia conseguido sacar una sonrisa.

Más tarde ese mismo día, con los últimos rayos del sol entrando por la ventana de la habitación,, tras haber jugado un poco a la consola y descansado un poco tumbado sobre la cama, Kevin llego a una conclusión: se propuso no enamorarse de nuevo nunca. A pesar de que sabía que su propósito era complicado de mantener, estaba dispuesto a lograrlo. No quería saber nada de amor, ni de novias.

-Hijo, asomate a la ventana, es Juan, no se que quiere -avisó la madre de Kevin, Julia, mientras continuaba preparando la cena.

Kevin se puso las zapatillas de andar por casa y fue hasta la ventana de la cocina para habla con su amigo.

-¿Qué ocurre?-preguntó Kevin.

- He venido a buscarte, porque tal y como supuse, se te ha olvidado que hemos quedado para ver el partido en el bar de mi calle.

- ¡Es verdad, lo siento, bajo en seguida! -exclamó.

Acto seguido, Kevin se puso los zapatos, cogio la bufanda de su equipo, se arreglo un poco y salió de casa para reunirse con su amigo.