Desdichada: Embriagante Aroma

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Desdichada

Embriagante Aroma

 

La esencia de Santiago, aquel olor que emanaba de él; ese exacto olor que lleva esperándome desde que lo conocí: esplendido, armonioso, sorprendente, perfecto. Aquel embriagante aromo me encandila y me domina, Oh?.?. Me rindo ante él.

-¿Te das cuenta?-, su voz sonaba lejana aun tan cerca.

Con su respingada nariz comenzó a bajar hasta mi cuello, y luego empezó a olerme paulatinamente,  su respiración era tan suave y cálida. Sus manos bajaron de mi rostro a mis caderas, me sostuvo fuerte, mientras respiraba mi aroma. Oh?? creo que puedo divisar el paraíso. Con su delicada y hermosa boca trazó un camino de besos, de mi cuello hasta mi labio inferior, el cual luego mordió ?Aquella sensación están  excitante y provocadora ?Una de sus suaves manos regreso a mi rostro, mientras la otra hacia un extremado viaje a través de mi espina dorsal. Alejo su cara de la mía dejando el dulce sabor de su boca impregnado en mi labio. Me saboree aquel labio el cual él había besado y mordido. Aquel sabor era perfecto, y muy, muy, delicioso.

-¿Lo ves, tú también me deseas, como yo a ti?,-acercó sus labios a mi oído y me susurro con aquella voz enloquecedora.

-¡¡¡Ah?... Santiago!!!-, cerré mis ojos y le susurre con anhelación.

-¿Majo??-, La alegre voz de Camila me llamó.

-¡Camila viene para acá!-,  Con un estrepitoso empujón alejé a Santiago de mí, y dije con preocupación.

-Escóndete en el retrete, ¡ahora!-, le dije a Santiago, el cual se escondió a donde yo le indiqué.

Me gire quedando frente al espejo del lavamanos, y trate de acomodar mi cabello e intente calmar mi inestable respiración. Camila entró al baño y me preguntó; << ¿Majo estas bien?>>, inhalé profundo antes de girarme Asia ella para responderle, <<Si>> dije con una pequeña y muy falsa sonrisa, << ¿Segura, te veo rara?>> preguntó desconcertada por mi reacción. Oh? Oh? <<Si, segura>> en mi interior solo rogaba para que Camila no descubriera a Santiago. << ¿Por qué no vamos a tomar un poco de aire?, te veo Pálida>> eso sería un gran alivio, salir del baño y poder alejar a Camila de ese lugar. << ¿Sabes?, creo que sí, si necesito un poco de aire>> con mi mano derecha me di aire para parecer realmente sofocada, [Aunque lo estaba realmente]. <<¿Vamos entonces?>> dijo Camila con su dulce voz. Antes de salir mire la puerta del retrete tras la cual se encontraba Santiago escondido, al parecer por ahora nos habíamos salvado. Respire profundó y Salí junto con Camila de aquel espantoso Baño.

 

Imaginar que estuvimos a poco de ser descubiertos me preocupa, si Camila no me hubiera llamado posiblemente me hubiera visto con Santiago, en aquella comprometedora situación en la que estábamos. [Oh, No, no quiero Imaginar lo que hubiera Pasado]. Camila me llevó hasta el jardín del colegio, frente de los campos de futbol, a tomar algo de aire. Las dos nos sentamos en aquel amplio césped, Mientras yo pensaba en lo que pasó en el baño; La ilustre sensación de Santiago mordiendo mi labio, una de sus manos viajando por mi espina dorsal, la voz de Camila al llamar mi nombre, la infortunada preocupación de que Camila nos descubriera, Santiago escondiéndose en el retrete. ¡Creo que eso fue demasiado para mí!, debo terminar con esto antes de que la desmesurada pasión que Santiago me provoca, se vuelva incontrolable. Camila me sacó de mis pensamientos diciéndome que ella Fernanda y Sofía ya habían pensado algo para hacer el próximo fin de Semana, me dijo que Tenían pensado Ir de picnic al parque simón bolívar, Camila me dijo que si me gustaba la idea, en aquel momento yo estaba muy confundida como para ponerme a pensar en un picnic, así que le dije <<Claro, suena divertido>> dije casi sin animo.

Más tarde volví a ver a Santiago pero esta vez Camila estaba presente, así que no hablamos, algo que me alegro en cierto modo, ya que en aquel momento no me sentía lo suficientemente dispuesta como para hablar con él. Regrese a casa con mi mente llena de marañas, lo primero que hice al cruzar la puerta del apartamento fue tenderme sobre mi cama, luego medité con profundidad acerca de lo que estaba pasando entre Santiago y yo;               Se perfectamente lo que estoy haciendo, y sé que no está bien. Camila es mi amiga, y se ha portado con migo muy bien. Mientras Santiago, Santiago solo es una alusión, una fantasía, un sueño. No puedo dejar que aquel deseo que él me provoca me domine, Debo terminar con esto, Camila es muy buena y no se lo merece, Además debo poner los pies sobre la tierra y centrarme, entre Santiago y yo no va haber una relación seria. Lo mejor para todos es que me aleje del Dios Griego.

Mi profunda reflexión fue irrumpida por el timbre del sito-fono, al contestar el portero me dijo que el muchacho que había venido el otro día me estaba buscando ?Santiago ?me dijo que me preguntaba con insistencia, y que necesitaba hablar con migo ?Es el momento justo para acabar con esto ?le dije al portero que lo dejara seguir, al colgar el sito-fono, me dirigí a el espejo que estaba colgado en la sala, y me mire para ver si estaba bien presentable. Inhalé profundo tratando de buscar aquella valentía que estaba escondida en mí. Luego de algunos segundos golpearon a la puerta, volvía a inhalar profundo y me dirigía a abrirla. Ahí estaba él, con sus bellísimos ojos azules, me miraba fijamente, aquella tal vez me derrumbaria.

-¿qué haces aquí Santiago?,-Contuve el aire y le dije con seriedad.

-Tú sabes que hago aquí,-dijo Desafiantemente con una sexy mirada depredadora.

Oh, diablos no me mires así.

-No, no lo sé,-trague saliva y dije con un gran nudo en mi garganta.  

-María José,-dio medio paso Asia mí, con el cual yo respondí con otro Asia atrás.

-NO. Santiago,-Dije fuerte, mientras ponía una de mis manos Asia él, para que se detuviera.

-¿Qué pasa?,-dijo suavemente con desconcierto.

-¿Qué pasa?,-dije con sarcasmo-, ¿es enserio?, Santiago, quiero que te alejes de mí.

-María José ya habíamos hablado de eso,-dijo con incredulidad.

-No, Santiago,-negué suavemente con la cabeza-, No lo entiendes, yo no quiero hacerle daño a Camila. No quiero que después ella me reclame por haberme metido con su novio, por haberla engañado haciéndome pasar por su amiga, mientras le clavaba un puñal por la espalda. No quiero eso para mí, no quiero que me arrastres contigo Santiago, no quiero que me lleves a un laberinto sin salida.

-María José Por favor,-dijo impaciente.

-¡Vete!,-mi voz se quebró en mil pedazos como un jarrón al caerse de un alto estante.  

Santiago me miró con sus suaves ojos azules, los cuales brillaban frágilmente. Oh, se ve tan triste, yo también lo miré fijamente con mis ojos y mi rostro parcialmente serios, aunque por dentro estaba a punto de rendirme por su encanto. Aun no sé cómo logre contenerme, él dio un paso Asia atrás alejándose del umbral de la puerta y alejándose de mí, para siempre. Inhalé profundo por última vez y cerré la puerta, dejando atrás los apagados ojos azules de Santiago.

 

 

 

 

 


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