Marcelo y Daniela - Parte I

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Son las 7 de la noche Marcelo está preparando su equipaje para coger un vuelo por motivo de negocios, es el representante de una empresa de su región, un hombre de alrededor de 1, 75 metros, piel morena clara, contextura física que va mas allá de lo delgado pero sin llegar a ser una persona con sobre peso, ojos y pelo negro, siempre vestido de manera formal ya que la ocupaciones de su trabajo así lo ameritan.

Al día siguiente a primera hora Marcelo toma el taxi hasta el aeropuerto y aborda el avión que lo dirige a su destino, a su llegada se encuentra con sus colegas de la otra empresa, la reunión se extiende por más de 6 horas por esto se decide culminar la reunión por ese día.

Cerrado el trato al día siguiente y debido al cansancio que posee, Marcelo toma la decisión de pasar el resto de la semana en la isla, se dirige al hotel y pide que se le sea ampliada la estadía, ve en recepción a una mujer hermosa, de 1,65 metros, piel blanca, cabello negro largo, sus ojos eran de un color marrón claro, sus senos de un tamaño medio y en su pantalón se marcaba un trasero hermoso y apretado, su nombre era Daniela.

Marcelo se detiene en la recepción a pedir su llave y por cosas del destino coincide con ella en la barra, Marcelo busca entablar una conversación

Marcelo: hola, eres de por aquí?

Daniela le ve y mueve su cabeza de arriba abajo como si fuera un escáner y le responde: no, pero en que te podría ayudar.

Marcelo: es que ando buscando un buen restaurant para cenar esta noche.

Daniela: no soy de aquí, pero viajo seguido a este lugar, en la calle 5 con el cruce 20, hay un restaurant japonés muy bueno.

Marcelo: no soy fanático de la comida japonesa, pero lo tendré en cuenta, por cierto mi nombre es Marcelo.

Daniela: un placer Marcelo, yo soy Daniela, espero que tengas buena cena.

En ese preciso instante ella se da la vuelta para retirarse, Marcelo aprovecha y le pregunta: te gustaría acompañarme a cenar?,

Daniela un poco dudosa y después de pensarlo algunos segundos le responde: está bien y te aseguro que tu compañía es mejor que el televisor de mi cuarto. Nos vemos a las 8 aquí mismo, termina diciéndole.

Marcelo sube a su cuarto acicalarse para estar completamente presentable para Daniela, esa mujer que desde que la vio en recepción no puede sacar de su cabeza. A las 8 en punto esta en la recepción, su espera fue corta aparece Daniela con un pantalón apretado con el que se marcaba todo su trasero se veía redondo y firme, combinado con esto una camisa apretada al cuerpo y un escote magnífico, su pelo negro suelto la hacía ver hermosa y radiante. A Marcelo no le quedo más que admirarla y recogerse la mandíbula ya que esta casi rozaba el piso, al verlo Daniela de una manera sexy le dice: al parecer te gusta lo que ves.

Marcelo trato de estructurar una respuesta pero lo único que logro fue ponerse rojo y decir que sí. Salieron juntos al restaurant japonés, pidieron una mesa y al ritmo del sake y el sushi fue transcurriendo la noche, conversaron de muchos temas pero todo empezó a cambiar cuando salió el tema del sexo, empezaron las insinuaciones lo toques sutiles y los piropos que cada vez subían de tono, el sake empezaba a liberarlos de sus restricciones.

Al acabar la cena Marcelo le dice que no quiere ir a dormir que ha pasado con ella una noche maravillosa, Daniela lo toma como un cumplido y le responde: quien ha dicho que es hora de dormir. Terminando de decirle esto Marcelo le toma la mano y le comenta: busquemos un bar para seguir la diversión

Ya en el bar piden unas cervezas, bailan y coquetean, en un momento que se encuentran sentados en el bar Marcelo acerca su cara a la de ella y pará justo a centímetros de la de ella, esto hace que sus bocas queden muy cerca al ver que no hay resistencia por parte de Daniela, le planta un beso corto y sencillo que se extiende por unos segundos, siente como la boca de Daniela se entre abre, esto lo tomo una invitación para introducir su lengua en la boca a lo que obtiene por respuesta que la lengua de Daniela empiece a entrelazarse con la de él, poco a poco Marcelo empieza agarrarle por el cuello y con la otra mano trata de traerla hacia él, Daniela empieza a acariciarlo, con el pasar de los segundos empieza a tornarse más agresivo el beso, las lenguas de los dos juegan la una con la otra, se muerden los labios, se chupan las lenguas, un festín que hace que sea el mejor beso que ha dado Marcelo, que lo deja sin aliento y con ganas de mas.

La escena del beso se repite en el bar cada vez más apasionadamente, Marcelo pasa sus manos por las piernas, espalda brazos y cerca del trasero de Daniela. Ella no se queda atrás hace lo propio con Marcelo mientras que con cada beso los invade cada vez más la excitación.

Marcelo comprende que es hora de llevar las cosas a otro nivel y que es el día de romper su celibato, le dice a Daniela que es hora de ir a otro lugar.

Daniela: a donde quieres ir?

Marcelo: que te parece la habitación de mi hotel?, ya con confianza gracias al sake y las cervezas.

Daniela: pensé que no me lo pedirías!

Esta respuesta va acompañada de un beso que deja sin respiración a Marcelo y con el pene erecto de tal manera que es imposible cubrirlo, Daniela se da cuenta y baja su mano la coloca sobre el pantalón para rosarlo suavemente y decirle al oído:

Daniela: parece que estás listo para jugar, al parecer le gusto mucho a este amiguito.

Salieron del bar y se fueron directo al hotel, se les notaban las ganas que se tenían a esas horas el uno por el otro, apenas recibieron las llaves entraron al ascensor que estaba solo para ellos, empezaron a besarse de manera apasionada, las caricias volaban, Marcelo le agarraba la espalda, el culo, la apretaba hacia él de manera tal que sintiera su pene duro como piedra en su vientre.

Se abrió la puerta del ascensor y salieron hacia el cuarto, abrieron la puerta y al cerrarla instintivamente empezaron a besarse, Marcelo no podía con su excitación y le saco la camisa de manera rápida quedando Daniela en sostén negro con encajes que hacia juego con su piel blanca, Marcelo la trajo hacia él, sus lenguas jugaban.

Daniela ya llena por la lujuria arranco la camisa de Marcelo quedando desnudo su torso, pasaba su lengua desde el cuello hasta el pecho, fue bajando hasta su abdomen para encontrarse con el cinturón el cual saco de manera rápida, estaba deseosa por conocer aquella roca que había acariciado antes, le quita el pantalón quedando el en un bóxer azul que apenas podía aguantar la erección que tenía.

continuara...


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