Portándonos como solteros por una noche (parte 2/2)

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Nos dirigimos a la mesa para sentarnos nuevamente, el pidió una botella de vodka, ambos seguimos el juego al pie de la letra. La verdad es que nos estábamos divirtiendo muchísimo, Alejandro tenía muchos anécdotas  e historias graciosas. Él descaradamente coqueteaba con mi esposa, no perdía el tiempo, ya nos sentíamos muy en confianza y empezamos a tocar temas picantes como con cuentas personas hemos tenido sexo o cual es nuestra posición favorita, mi esposa dijo cosas que jamás me escuche antes, él la saco a bailar y yo me sentía un poco caliente al ver como la tomaba de la cintura y rozaba su pene sobre las nalgas de mi esposa mientras bailaban.

Ya estábamos un poco entrados en copas, nos habíamos tomado la botella entera y varias cervezas más, él sugirió que fuéramos a su casa los tres para seguir la fiesta, miré a ver a mi esposa a los ojos, un poco nervioso esperando su respuesta, ella dijo que estaría encantada, que se lo estaba pasando muy bien con nosotros.

Pagamos la cuenta y nos dirigimos al estacionamiento, Alejandro le pregunto a mi esposa que por que no se iba con él mientras en su carro, ella aceptó pero antes de subir al carro se acercó a mí, me dió un beso en la mejilla y me dijo en voz baja que nos veríamos. Yo no sabía que pensar esa situación, me tenía súper caliente, sentía mucha emoción de lo que podría pasar, subí a mi carro y los seguí hasta su casa, cuando ellos se barajaron del carro estaban muertos de la risa.

Alejandro nos invitó a pasar a la casa, nos sentamos en su sala y de inmediato nos ofreció unos tragos, mientras preparaba los tragos él dijo que por que no jugábamos algo para que la velada sea más divertida, mi esposa riendo le pregunto qué quería jugar, él dijo que por que no jugábamos póker de prendas, mi esposa no lo dudó ni un segundo para aceptar, yo estaba nervioso pero también acepté. Alejandro sacó las cartas y nos pusimos a jugar mientras seguíamos con las risas y los tragos. La primera en perder fue mi esposa, pero sólo se quitó los zapatos en esa ronda, seguimos jugando ronda tras ronda hasta que en un punto los tres estábamos en ropa interior, Alejandro y yo estábamos en bóxer mientras que mi esposa en bra con un pequeño calzoncito, jugamos una ronda más de la que mi esposa fue la perdedora, ella se empezó a reír y dijo que las deudas son deudas, se pudo de pie frente a nosotros, desabrocho el bra y lentamente se lo quito dejando que contempláramos sus grandes senos, Alejandro ya no podía ocultar su excitación tenía el pene bien parado resaltando en su bóxer.

Ella se sentó en medio del sofá, dijo que nos quería tener sentados uno a cada lado de ella, inmediatamente obedecimos y nos sentamos con ella, primero ella tomo con sus manos la cara de Alejandro para darle un beso apasionado mientras tomaba mi mano y la ponía entre sus piernas, me puse a tocarla suavemente mientras ellos se besaban, él no perdió la oportunidad para acariciarle los senos, ella le pidió que se pusiera de pie frente a ella y con ambas manos bajó el bóxer de Alejandro hasta los pies dejando descubierto su pene erecto. De una manera muy sensual empezó a chuparlo lentamente, mientras yo seguía acariciándole su rajita húmeda, mi esposa dijo en voz alta que ya no podría aguantar más las ganas de que se la cogieran como si no hubiera un mañana. Se recostó un poco mientras Alejandro puso las piernas de mi esposa sobre sus hombros, inmediatamente la penetró para darle una cogida que nunca olvidaríamos, mi esposa no paraba de gemir de placer, yo estaba sumamente excitado con una erección de aquellas, ella metió su mano derecha dentro de mi bóxer y tomo firmemente mi pene, empezó a masturbarme mientras me preguntaba si me excitaba lo que estaba observando, ella rápidamente llego al primer orgasmo, seguimos así por un buen rato, cuando noto que ambos estábamos a punto de venirnos nos pidió que lo hiciéramos sobre sus senos para poder sentir el calor de nuestra leche, ambos nos pusimos de pie frente a ella y terminamos sobre ella como lo pidió.

Al final de la noche  le confesamos la verdad a Alejandro pero no pareció molestarle mucho, quedamos en reunirnos de vez en cuando para seguir con la diversión.


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