LA CALMA DESPUES DE LA TEMPESTAD ( Parte 3 de 3 )

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
3013 visitas

Marcar como relato favorito

De pie frente a ella de rodillas, quito su camisa, acercándole su miembro duro como roca, mientras ella con los labios entreabiertos esperaba poder consumirlo, probarlo, luego lo sostuvo frente a su boca, la distancia justa hasta donde ella apenas lo podía alcanzar, estiraba sus brazos y su torso y si apenas lo rozaba, alcanzo a estirar su lengua y tocarlo, El se acerco y dejo que ella lo consumiera poco a poco, solo lo sostenía para que ella le diera su ritmo, comenzó por saborearlo suave, losuccionaba, lo lamia lentamente, lo envolvía con su lengua húmeda y tibia, podía sentir las palpitaciones de sus venitas hinchadas de placer,  marcadas, lo rodeaba con sus labios, Jugueteaba con su frenillo y paseaba sus labios por todo el contorno de su prepucio, en ese instante El lo levanto acercándose para que ella pudiera besar sus testículos pesados, cargados; ella fijando su mirada en el reflejo de sus ojos, los succionó,  primero uno, luego el otro, estiraba su lengua y los humedecía completamente con su saliva, rozaba sus dientes por los pliegues de su entrepierna, hasta engullir completo cada uno de sus testículos. 

 

Era tal el placer que él tuvo que aferrarse de la columna fría, para mantener el control de su cuerpo, deseaba enterrarse hasta el fondo de su garganta, pero disfrutaba también de su pasión. Para tomar fuerzas, volvió a colocarle su miembro en la boca, esta vez se sujetó de su cabello, enredó sus manos en la trenza húmeda por el sudor de su espalda y de su pecho, empezó a embestirla, sentía como cada vez ella abría mas y mas la boca, permitiéndole sentir la humedad de su garganta, ligeras horcadas provocaban espasmos en su miembro, mientras la saliva le abrigaba por completo, sus muslos se salpicaban y gruesas y espesas gotas caían sobre sus pies, cada vez se aferraba más duro, y aceleraba el ritmo de sus embestidas, llegando al fondo. Ella lo miraba desde abajo, lo veía fascinado en su placer, con la sensación de estar en su boca, el respondía sus miradas aferrándose fuerte a su cabello, reflejándose en los ojos lagrimeantes de ella, ajustando su miembro en su garganta limitando su respiración, ella se consumía en ese delirio, en ese goce, dejaba que la pusiera donde quería, como quería, sentía como perdía el aire y buscaba alivio en su frenética respiración, en sus gemidos y gruñidos,  la alimentaban le daban aire, sentía como su nariz chocaba con la pelvis de su Amo, era un delirio, una delicia, tanto que sus caderas se contraían y se movían solas, era un vaivén al unísono mientras él embestía su boca. 

 

La miro fijamente. Sintió de repente como su miembro se contraía y un gutural sonido salió del fondo de su garganta mientras llenaba su boca con un chorro de su leche tibia y espesa, y su mirada se perdía en un vacío de placer, saco su miembro y bañó su cara, sus ojos, sus labios, su nariz, con un nuevo chorro de leche, ella abría la boca, capturando con su lengua su esencia, era él derritiéndose de placer sobre ella, gruesas gotas de su esencia caían por su pecho, rodaban por sus muslos, mientras ella experimentaba contracciones vaginales, estaba a punto de un orgasmo, pero no podía hacerlo

 “Mi Señor!!” imploró, pasando un trago largo, cerrando los ojos, aferrándose al placer que la dominaba, jadeaba mientras el escurría en su boca las últimas gotas de su néctar. El, aun jadeante por el clímax, tomo el consolador, colocándolo dentro de su sexo húmedo y viscoso, palpitante y ardiente, ella se estremeció, el plug hacia que sus piernas vibraran, sus caderas estaban envueltas en el placer, las sensaciones recorrían todo su cuerpo, su piel húmeda de sudor se contraía una y otra vez.

 

 

El inclinándose sobre ella la sujeto del cabello y apretaba sus labios cerca de los suyos, mientras ella desfallecía, suplicando  “Por Favor Mi Señor”, casi sin aliento, jadeante, entre gemidos frente a su boca, “Dámelo” susurro él , ella sin más sensación que la de liberar su cuerpo, se desato en un abismo de placer, olvido el mundo y gimió tan fuerte como pudo, aun así se quedaban cortos sus gritos para el placer que sentía, él la sujetaba fuerte, se perdía en su mirada, lagrimeante y húmeda como su sexo y su boca.  “Suyo Mi Señor, Todo lo mío es Suyo” susurro debilitándose, desplomándose, sujetada solo de la firmeza de las manos de su Amo, que poco a poco soltó su cabello, acariciándola, se acercó a ella, dejando que se recostara en su hombro, retiro el consolador y el plug, soltó las esposas y liberó sus brazos, masajeo sus muñecas, sus músculos adoloridos tensos y empapados de sudor como todo su cuerpo.

Habiéndola liberado, Ella reposo en sus piernas, se dejo caer,  suspiraba profundo para tratar de estabilizar su respiración recuperando el aliento, “Gracias Mi Señor” expiro mientras se abandonaba sobre su regazo, Podía sentirle  el pulso aun vibrante, la sangre hirviendo corriendo por sus venas, aunque le acariciara suavemente la piel desnuda y recorriera con delicadeza su figura.

La noche avanzaba mientras ellos se suspendían en el espacio y el tiempo, Una brisa fría entro por la ventana y cubrió los cuerpos sudorosos, estremeciéndolos mientras reposaban en el suelo, disfrutando de la calma que llega después de la tempestad.

 

 


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed