Discursión marital

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Todas las mañanas le decía a mi mujer que me preparara el desayuno, mientras yo me duchaba. Despues mi mujer se volvía a la cama, él desayuno que me dejaba hecho era un zumo, la tostada con mermelada se la comia ella. Yo no le dije nada durante unos dias, hasta que un día exploté.- ¿Como puedes comer mí tostada y dejarme solo zumo?. ¡Mientras tu duermes yo trabajo!. Ella me miró con odio y empezo a soltar insultos y se fué. Me quede duditativo, levanté la vista y una ardilla listilla asomó la cabeza por la ventana.

 


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