Mirar el pasado ya vivido, 
 preguntándose el futuro olvidado,
 hechos que jamás realicé, 
 serán mi tormento de noche. 
 
 Trescientos días, junto a tormenta pase.
 Rayos y truenos, en tiempos de cólera.
 Lluvia y soles, en tiempo de arcoíris.
La cima distante en el horizonte se veía.
 Fracaso y arrepentimiento me predijeron,
 aun así, partí en esperanza.
La odisea peligrosa y agobiante. Lobos asechaban de noche, ninfas confundían mi alma.
Mi cuerpo empezó a ceder. Cada paso la fatiga se fortalece, Pero los deseos de verte son energías para no caerse.
Al llegar a la cima nada había. Solo una carta, que rezaba:
"Te advertí que no llegarías"
 Atte. El Oráculo de Delfos 
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