Por no pensar. Cap 2.

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Por sentirme útil, le cojo la camisa y la pongo bajo el secador de manos. Parece que la mancha ha desaparecido. ¡Menos mal!

Ella mientras da una vuelta por el baño, mirando si hay alguien ocupando algún retrete.

 

Sin que me de tiempo a decir nada, la tengo justo delante de mí y sin tiempo para reaccionar me da un beso en la boca, cogiéndome la cabeza por detrás con una mano para que no pueda escapar.

 

Al soltarme da un paso atrás y me mira con cara de diversión.  -¿Has visto lo mal que me caes?

No sé muy bien la cara que debo estar poniendo yo, lo único que sé es que quiero que vuelva a hacerlo.

 

- ¿Me devuelves la camisa? Parece que se ha ido del todo la mancha…

 

¡No, ni hablar! Pienso interiormente. Escondo la camisa detrás de mi espalda. No sé muy bien que estoy haciendo.

Ella arquea una ceja mientras sonríe. Ahora se acerca lentamente y su beso es mucho más suave. Con una mano me levanta la cara agarrándomela entre el cuello y la mandíbula y pasa su lengua por mi labio inferior terminando en un mordisco. Y vuelve a empezar.

 

Instintivamente pongo mis manos sobre sus caderas y la traigo más cerca de mí. Siento como me vibra la entrepierna y me sube un cosquilleo al estómago.

Me mueve hacia la pared, y me apoya sobre ella. Pone una de sus piernas entre las mías y la mueve hacia arriba.

 

Escuchamos a un grupo de chicas que vienen riéndose por el pasillo y nos separamos. Entran al baño y se quedan mirando como Anna se pone la camisa. Yo estoy apoyada en la pared. No puedo moverme. El grupo de chicas continúa con su conversación, pero alguna de ellas no me quita la mirada. Anna termina de abotonarse la camisa dejando un generoso escote a la vista.

 

Se ríe por la situación.

- Será mejor que me vaya a casa ya. – Saca del bolso una barra de labios roja y se acerca al espejo para retocarse el pintalabios.-

La miro a través del cristal, y de golpe entiendo que es lo que miran las del otro grupo. Tengo marcas de carmín por los alrededores de mi boca. ¡Mierda! Me giro disimuladamente y con el dorso de la mano intento borrarlas.

 

Ya está, no tienes nada –Me comenta mientras guarda el pintalabios dentro del bolso.- Vivo cerca, si quieres tomamos la última copa en mi casa.

 

No contesto, la miro, pero no sé que decir. Quiero y no quiero. Debería volver con Javi. ¿Qué coño estoy haciendo si hace una hora no la soportaba y estaba decidida a cantarle las cuarenta?

Ante mi duda se acerca y me susurra en el oído –¡Sólo una copa!

- Anna no creo que sea buena idea…he venido con Javi y será mejor que vuelva a casa con él.

- ¿Es tu novio? –Curiosea.-

- No, somos amigos. Mi novio está en casa. –Dios mío ni me acordaba de Marc y al nombrarle me sento fatal.-

- Cómo prefieras…pero es una pena. –Dice con cara de buena niña y sale por la puerta del baño.-

 

Me vuelvo a mirar en el espejo, todo en orden. Dejo el baño en busca de Javi pero no le veo. Voy a buscar mi bolso que tengo en la silla de la mesa donde hemos cenado. Busco el móvil en su interior, y veo varios whatsapps de Marc, para avisarme de que se acuesta ya, y que le llame si necesito que me pase a buscar. No contesto por que no son horas y no quiero despertarle.

 

Salgo fuera del local por si encuentro a Javi fumando, y efectivamente. Encima tiene de acompañante a Anna. Me acerco a ellos.

 

- Te estaba buscando –Le digo a mi amigo agarrándole del brazo.-

- Estoy cansada, quiero irme a casa ya.

- Eva no puedo coger el coche aún, si quieres te acompaño andando…

- ¿Y qué piensas hacer tú? Irme a casa de Carlota –Con esa cara de pillín que tanto conozco.-

 

Miro el reloj, dando la fiesta por terminada.

 

- Pues voy a por mis cosas y pido un taxi. –Digo a modo de despedida.-

- Puedo acercarte yo si quieres, vivo cerca y tengo el coche en la calle. –Sugiere Anna con sonrisa maligna.-

- ¿Ves? ¡Solucionado! –Añade satisfecho Javi.- ¡Todos contentos!

- Tranquila, no te preocupes. Me sabe mal que tengas que desplazarte viviendo aquí al lado.

- Tranquila ya me lo compensarás.

 

Vuelvo al local a por mis cosas. No sé si estoy haciendo bien en irme con ella, pero tampoco me apetece acabar la noche así.

Caminamos en silencio hasta su casa. Me encuentro un poco confundida y no sé como actuar con lo que ha pasado en el baño.

 

- Tienes dos opciones. –Rompe el hielo Anna.- O subir a tomar una copa a mi casa, o qué te lleve yo a la tuya en coche, con la condición de que me des tu número de teléfono.

- ¡Uau! ¡Qué gran variedad de posibilidades!

- ¡Ja-ja-ja! no seas tonta va. Decide. Pero creo que las dos lo estábamos pasando bien antes, y podemos continuar sin que nos moleste nadie

 

Me vuelvo a quedar callada como antes. No sé que contestar, así que ella toma la iniciativa y me coge de la mano, llevándome dirección al portal. La sigo por qué yo soy incapaz de tomar una decisión.

Dentro del ascensor no deja de mirarme. Me siento completamente intimidada, nunca antes me había enrollado con una mujer.

 

Abre la puerta de su piso y da la luz del salón. Un espacio amplio y muy acogedor. Con un enorme sofá presidiendo la habitación.

 

- ¿Vino? ¿O te apetece otra cosa?

- Vino está bien gracias. –Contesto sentándome en el sofá.-

 

Se acerca con dos copas. Una para ella y otra para mí. Pero no me acompaña en el sofá. Se sienta en una silla de la mesa a unos metros de mí


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