Por no pensar. Cap.3

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Se acerca con dos copas. Una para ella y otra para mí. Pero no me acompaña en el sofá. Se sienta en una silla de la mesa a unos metros de mí.

 

La verdad es que no he llegado hasta aquí para degustar vino. Me he dejado llevar por indecisión, pero pocas opciones me quedan ya. En definitiva, quiero continuar con el momento del baño.

 

Me levanto del sofá dejando la copa sobre la mesa y salgo al pasillo para ver el resto de la casa.

- ¿No me vas a enseñar el piso?

- La verdad es que está un poco desordenado y no es gran cosa.

- Me conformo con ver el dormitorio… -Trato de sonar provocativa.-

 

Se acerca a mí con la copa en la mano. Con la luz tenue que llega al pasillo desde el salón me levanto la blusa poco a poco mientras ella me mira. Da un trago a la copa y la deja sobre el recibidor. Dejo caer la blusa al suelo.

 

Se muerde el labio al contemplar mi figura y no puedo resistirme. Me acerco a ella y empiezo a besarla con fuerza. Sus labios carnosos bajan a mi cuello y vuelve otra vez a darme un latigazo en la parte baja.

Lo recorre lentamente con sus labios y su lengua. Mi respiración se vuelve muy entrecortada. Atrapa el lóbulo de mi oreja entre sus dientes y me susurra –Me pones demasiado cachonda. Sus manos, su lengua y su aliento sobre mi oreja me vuelven loca y solo puedo jadear.

 

Mientras, con sus manos, me desabrocha el botón del pantalón y baja la cremallera lentamente. Yo hago lo mismo con su camisa pero mis manos son mucho más torpes.

 

Me lleva de la mano a su cama y termina de bajarme el pantalón. Subiendo me acaricia las piernas y deja resbalar su lengua por la parte interna de mis muslos. Mis gemidos son cada vez más sonoros. Me recuesto sobre la cama y ella aprovecha para quitarse los pantalones y ponerse de rodillas sobre mi.

Se recoge el pelo en un moño rápido y mal hecho para continuar besando mi tripa. Me libera del sujetador con maestría y sigue haciendo de las suyas. Chupa y muerde muy suave mis pezones, succionándolos y soplando sobre ellos.

 

- Anna, no sé si voy a aguantar éste ritmo. –Alcanzo a decir entre gemidos.-

- ¿Va todo bien? –Levanta la cara para mirarme a los ojos con preocupación.-

- Sí, Sí…es solo que estoy empapada ya. –Digo con vergüenza.-

- Mmmm creo que puedo hacer algo con eso. –Comenta con una sonrisa triunfadora.-

 

Vuelve a mi bajo vientre, esta vez para quitarme el culotte. Lo sigue haciendo despacio, disfruta de la agradable tortura a la que me está sometiendo.

Me separa las piernas y me mira por encima a los ojos. Ahora sí, sólo con la punta de su lengua lame de pasada mi clítoris. Juega dándome besos en las ingles y acariciándome con las yemas de los dedos los muslos por su interior. Vuelve a pasar su lengua por el clítoris, pero esta vez con contundencia. Mi espalda se arquea y se me escapa un gemido interminable.

Me incorporo para ver mejor sus movimientos mientras separo algunos mechones de pelo de su cara para verla mejor, pero no aguanto ni cinco segundos en esa postura. Mis caderas se mueven solas en busca de más, en busca de su boca cuando ella baja el ritmo. Necesito más, siento que voy a explotar.

 

Me retiro momentáneamente hacia atrás. Ella se queda sorprendida mirándome sin saber a qué se debe. Me escapo por un momento de su boca y paso de estar tumbada a estar sobre mis rodillas. Con mi mano, empujándola suavemente, la tumbo esta vez a ella en la cama, pero lejos de empezar mi turno, me urge terminar con lo mío. Así que paso una rodilla por encima de su cara de forma que queda entre mis piernas.

Ella me mira sonriendo, no creo que esperara el cambio, pero parece encantarle mi actitud. Mientras sigue con sus increíbles movimientos de lengua, yo muevo las caderas a mi antojo sobre su boca y nariz. Me dan espasmos en la espalda y la piel se me eriza. Con una mano araño la sabana y con la otra agarro su pelo en el puño. No tardo en llegar al orgasmo. Jamás me habían comido el coño de esta manera.

 

La libero y me tumbo sobre la cama. Mi respiración sigue siendo muy irregular y necesito un par de minutos para disfrutar la sensación.

 

-¿Qué tal? –Me pregunta tumbándose a mi lado.-

- No tengo palabras aún…no ha estado mal. –Miento para ver su reacción.-

- ¿Así, a secas?

- Jajaja, ¡Que no tonta! Ha sido maravilloso. Ojalá todo el mundo me odiara como tú.

 

Se acerca para besarme en los labios.

- Anna, creo que yo no lo sabré hacer igual.

- Intuyo que lo harás genial.

- ¿Me ayudarás? Me gustaría que disfrutaras tanto como yo

- ¿Quieres ayuda? Hay algo que no fallaría

 

Se levanta, y de un cajón de la mesita saca un pequeño vibrador lila.

- Con esto acertarás seguro… ¿Te atreves?

- Se parece mucho al mío. Trae que soy una experta en este sector.

 

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*Si queréis que la historia continúe comentad. Espero que os haya gustado 


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