Metarelato

No ha costado mucho atraerte a mis dominios. Ha sido relativamente fácil en realidad. Ahora el problema es atraparte y retenerte hasta que mi mundo aparentemente plano te envuelva y llegues a integrarte de tal manera que creas formar parte de él, y él forme parte de ti. Solo entonces se habrá completado mi destino.

Pero primero tengo que prepararte. Confías demasiado en tus propios ojos, los tienes por fuente de realidades y no comprendes, al menos no todavía, que solo son un instrumento. Porque la verdad se forma en tu interior y se nutre de imágenes, pero son solo alimento. Se condimenta con sensaciones, pero son solo especias. Se viste con sentimientos y emociones, pero eso no es más que ropaje. Tienes que comprender que no es lo que ves, sino lo que significa.

Has de hallar mi sentido en tu interior, pues mana de mí a tu razón, fluye de mi fondo a tu ser. Ese es mi propósito, con esa idea me crearon, y solo en ti tomo forma y soy. Pero, recuerda, no son las imágenes, sino su esencia. Ni tampoco es mi verdad, ni tan siquiera es la verdad de mi creador. Es tu verdad, la que formas en tu interior cuando captas mi esencia, cuando recreas mi intención, cuando te sumerges tanto en mi que ya no soy yo, sino tu idea de mi.

Y si eres capaz de captarme ya no seré como soy, sino como tu hagas que sea, entonces será cuando se establezca ese vínculo maravilloso e irrepetible entre tu mundo y el mío, y en tu imaginación tendré la dimensión que me falta, y creceré, y me desarrollaré, e incluso cuando ya no me veas yo seguiré en ti, y sere tuyo, y me transformarás a tu antojo, me soñarás, me reinventarás incluso si así lo deseas.

Pero sobre todo me comprenderás. Para eso fui creado. Por eso me presento aquí ante ti, desnudo, árido y plano, y por eso te reto a que mires más allá, a que no te quedes en mi superficie, a que inicies el vínculo. Atrévete. Hazme tener sentido.

Más si no quisieras, no importa, de todas formas te doy las gracias por intentar leerme.