Segundo encuentro

Al segundo encuentro te abalanzas sobre mí al contacto de la puerta con el marco, nuestra ropa vuela, me estampas contra el frío y azul pedazo de metal.

- Me siento bestial hoy y ya que haces de esto un secreto, te cobrare mi sentir - desciendes peligrosamente y un temor excitante recorre mi columna, atacas directo con tu lengua, gimo, abres más mis piernas y presionas con vigor, trato de ahogar el dolor placentero e insistes con un ritmo salvaje, el orgasmo se aproxima y te detienes, mi respiración te reclama pero tú lo dejas pasar con una risa escalofriante, regresas con una succión monstruosa y con ello los previos a mi nirvana mas te levantas y observas como me abandona con una sonrisa de satisfacción en tu precioso rostro, me guías a tu cama y me tumbas en ella, me vendas los ojos y amarras mis manos a la cabecera, mi nueva vulnerabilidad me enciende, tu lengua me engaña dos veces más antes de que me des vuelta y coloques ese cojín en mi abdomen, sé lo que viene y mi humedad crece, esperas, levanto mi trasero a modo de solicitud, abandonas la cama, escucho que un cajón se abre, buscas algo, sigues buscando y yo me retuerzo de anhelo, al fin lo cierras y vuelves, me das una nalgada que aún resuena en mis oídos, grito y me muerdes, vuelvo a gritar y me das otra nalgada, sofoco el ruido con la almohada, percibo un zumbido, te abres paso entre mis labios para embestirme brutalmente, en esta ocasión no hay piedad, las vibraciones son exquisitas, tocas mi ano con tu lengua, te pido que pares pero penetras mi ano con tus dedos como respuesta, mis gritos son cada vez más fuertes apenas soy consciente de mi entorno, me das otras dos nalgadas, siento que explotare en este delirio.

Retornas mi posición, te sientas en mi rostro, muerdo tu clítoris, mi lengua describe círculos variando velocidad y presión hasta que tus fluidos escurren por mi cara y mi nombre escapa de tu garganta, te levantas, me besas y los sabores se mezclan, tu mano aprisiona mis pechos con fuerza, ahogas los sonidos que produzco con tu boca, colocas mi pantorrilla en tu hombro, el ambiente es una fusión de roces, gemidos, gritos y múltiples orgasmos.