Diario de viaje IV ( Vuelta a Londres 1)

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En Barcelona disfruté mucho y el primer día que desayuné en mi casa con mi madre no pude controlarme las lágrimas de felicidad. Fue tan extraño volver a estar en mi vida. En aquel mini viaje las lágrimas estuvieron varias veces presentes, tenía todas mis cosas en Londres, tenía que volver, sabía que iba a ser duro, me iba sin nada seguro y con 500 pounds en la cuenta.

Mi amiga me reservó una cama en un hostal del que se había ido por no gustarle. Pero yo no me podía permitir más de 70 pounds a la semana, así que allí me dirigí para vivir tres meses.

Mi primera habitación era grande, con dos literas, una mesa, una nevera y una gran ventana. Estaba llenísima de cosas, así que puse mi ropa encima del armario y decoré mi zona con cositas que me había traído de Barcelona, y que le dieron color. En aquella habitación vivíamos tres españolas y una eslovaca. Hasta ese momento nunca había tenido problemas de convivencia. Pero allí fuimos dos bloques. Mi filosofía del compartir espacio en Inglaterra se basa en suponer que todo el mundo tiene una base de educación y respeto, y que se forma una balanza, a ti te molestarán cosas de mí y a mí de ti, pero yo no diré nada porque es una balanza, y es tan pequeño que lo acepto y no me supone problema. El caso es que una de la españolas carecía de esa base y le molestaban muchas cosas sin pararse a pensar en sus defectos. Ella se fue del hostal pensando que era maravillosa en la convivencia pues jamás le dije lo que me molestaba.

M y yo bajábamos a desayunar juntas, hablábamos por la noche y muchas veces nos fuimos a Portobello a tomar café y mirar cosas. Aquellas salidas me llenaban de vida. Ella me presentó el real Portobello. Portobello es un mercadillo de comida, música, antigüedades, cosas de segunda mano, collares, ropa… Hay gente de todo el mundo, muchos personajes, música… Mi parte preferida es la superior, pues la otra la considero turística. Un día nos tomamos un café de la cafetería portuguesa en unas escaleras de madera mirando a la gente pasar y otro nos sentamos muchas horas en una mesita con una amiga suya que tiene un puesto en el mercado. Ese día conocí al que lleva el mercado, un hombre mayor vestido de cowboy muy agradable.

M me presentó el primer elemento de la cultura inglesa. Desde entonces desayuno cada día Porriadge. El porriadge es avena. Lo puedes hacer en el microondas con agua o leche, o en una cacerola. Para mí el azúcar es imprescindible y también le puedes poner miel. Este invierno ha hecho muchísimo frío y en mi casa carezco de calefacción y sin embargo no he estado enferma ni un día.

El hostal estaba un poco destartalado, tenía cucarachitas y quizás un tanto mafioso. Pero subsistí y conocí a gente encantadora. A mayor que yo, de números pero todo un filósofo con un gran sentido del humor. C ingenuo y cariñoso. J elocuente y divertido. H me gustó, y a los pocos días llegó su novia.

A los dos meses me cambiaron de habitación por fumar en la ventana. Mi castigo fue enviarme a una habitación más grande y ordenada con salida a la terraza para poder fumar. En aquella habitación me sentí muy bien. Las permanentes éramos una eslovaca, una lituana y yo. La eslovaca era muy organizada y teníamos intereses en común. Los domingos nos quedábamosmos en la habitación con música escribiendo, buscando trabajo… ¡Hacia 6 meses que no escuchaba música! Y además la habitación tenía una radio. La lituana era alocada y mística. Así que hice buenas migas con ellas, pues las dos tenían una parte parecida a mí.

Me costó mucho encontrar trabajo. En Londres somos muchos emigrantes y necesitas un buen inglés. Quizás es que yo no sé venderme. En agosto encontré trabajo pero no pude comenzar a trabajar hasta pasado más de un mes, pues necesitaban mis antecedentes penales. En ese tiempo trabajé una semana de camarera, una semana de limpiadora en un hotel español en el que me explotaron hasta hacerme llorar a cambio de 4 libras en negro, en un hotel dos días a cambio de 2 libras en el cual lloré de impotencia y me auto despedí al segundo día, y tres días en la olimpiadas en los cuales conocí a gente que me encantó, y además uno de los vecinos me preparó un café al saber que llevábamos ahí desde las tres de la mañana.

La verdad es que fueron tiempos duros, con risas incluidas bajo el sol en el Hyde Park. Mi comida cada vez era más pobre, llegué incluso a alimentarme de cereales y bocadillos de lechuga. Eso ha hecho que deje de ser maniática con las caducidades, que coma pescado y otros alimentos que antes no comía y que cada día coma verduras. El otro día me hice un caldo de verduras al modo portugués, sin pasta y todas las verduritas cortadas en pedacitos chiquititos. Riquísimo.

En septiembre comencé a trabajar de cuidadora social para los servicios sociales. Los primeros tres meses trabajaba de 8 a 9 de la noche, cosa que hizo que mi periodo se fuese. Andaba unas cuatro horas diarias yendo a las diferentes casas y a mí casa para ahorrar en transporte. Fueron jornadas muy duras. La empresa no paga el transporte, no paga el teléfono, no paga el tiempo de viaje de una casa a otra y no tiene en cuenta las distancias a la hora de crear las rutas. Esa es la parte negativa fruto de la crisis y la avaricia de los dueños que desean llenarse los bolsillos a cosa del sudor ajeno.

Mi trabajo consiste en ir a las casas y ayudar a personas mayores o personas con discapacidad a ducharse, vestirse, tomar la medicación, comer, limpiar… Los servicios sociales de Inglaterra respecto a las personas mayores o con discapacidad son los mejores del mundo. Hay barrios enteros del gobierno. Hay muchas residencias divididas en apartamentos que son casas. Ellos viven allí independientes, y depende de sus necesidades reciben diferentes tipos de ayuda para seguir independientes. Así que mi trabajo consiste en ayudarles y potenciarles. Supongo que este mecanismo es más barato, pues va una persona mal pagada a ayudarles, ahorrándose de esta manera todo lo que conlleva una residencia. El problema en Inglaterra es quedarse sin trabajo enfermar con la gripe, pues tan sólo recibes 70 pounds, hecho que hace que aumente la economía sumergida, y que mucha gente solicite casas del gobierno para evitar mi tipo de trabajo.


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