LA HORA COMPASIVA - 2ª PARTE.

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Y un día ocurrió la desgracia, que motivó que yo me encuentre aquí, esperando de ser juzgado. Estaban sentados Estella y Lorenzo, bajo un roble, enfrente a la casa, repasando un libro de poesías, cuando del árbol cayó sobre la falda de Estella un pequeño Gorrión, casi recién salido del cascarón, y que no sabía volar. La falda de la joven amortiguó el impacto y el Gorrioncillo no sufrió daños, pero no podía volver al nido, donde lo esperaba su madre haciendo vuelos circulares encima de ellos.  Estella exclamó.. - ¡Ohhh! Pobre pajarito, no puede volver a su nido, mira su madre está desesperada, si no hacemos algo va a morir el pequeño.. -  < Lorenzo, tomó el pajarito y lo metió delicadamente en el bolsillo de su chaqueta, y le dijo > - ¡No te preocupes, yo lo subiré a su nido! - < Y se encaramó a subir por el árbol, de rama en rama, hasta que llegó al nido, sacó al pajarito y lo depositó con cuidado dentro del nido, donde rápidamente acudió la madre del Gorrioncillo, y se posó a su lado dándole calor >. Lorenzo, se dispuso a descender, cuando de golpe se partió la rama sobre la cual estaba apoyado, cayendo sobre el duro suelo, quedando desmayado, mientras que Estella, desesperada veía un hilo de sangre, manando de la sien del joven. Desesperada comenzó a gritar pidiendo ayuda, a lo cual se presentó rápidamente el jardinero y la cocinera. Entre todos llevaron el joven y lo tumbaron en la cama de Estella, quien lloraba desesperadamente.

 

Decidieron pedir ayuda al médico rural que vivía en otro pueblo, pero el coche se lo había llevado el padre de Estella, al trabajo, quedando solo un pequeño carro de paseo, al que rápidamente el Jardinero aparejó y enganchó el caballo disponiéndose a ir al próximo pueblo. Estella le dijo.. – Por favor corra usted mucho - .

El tiempo pasaba. Yo desde mi posición, observaba los acontecimientos, impotente, y me conmovía hasta en lo mas profundo de mi mecanismo, la tristeza y el llanto de la joven. Pese a vendarle la cabeza a Lorenzo, la sangre seguía manando, y cada dos minutos me miraba Estella, consultando la hora y desesperada porque no venía el médico. Yo sabía que si no llegaba pronto, Lorenzo corría un serio peligro, y cada vez mas se confirmaban mis sospechas. La joven se inclinó sobre Lorenzo y dijo gritando.. - ¡Ya casi no respira!  Y llorando amargamente, vino delante de mi y se puso de rodillas, y me dijo..  - Viejo amigo, tu que me has visto desde niña, sabes lo que siento, haz algo.. ¡Para el TIEMPO! … Al menos una hora, para que le de tiempo a venir el médico, ¡UNA HORA!  Te pido una hora de todas las que dispones, que se salve, regálame su vida, dame una de tus tantas horas….  Me estremecí y haciendo lo que nunca debe de hacer un Reloj, ordené a mi maquinaria que.. ¡Detuviese el Tiempo!, y el tiempo se detuvo durante Una Hora. En esa hora de compasión, llegó el medico, y tras una pequeña intervención consiguió contener la hemorragia, y el joven se Salvó.

Estella llena de alegría, me miró, y vino y nuevamente de rodillas, me abrazó y besó, diciendo.. – Gracias amigo de mi infancia, gracias por tu regalo, por tu hora de compasión, me has devuelto a mi amor. –

 

La puerta se abrió, y un hujier me pidió que entrase en la gran sala. El Juez, un gran Reloj de pared solemne, estaba acompañado por otros ilustres relojes, de arena, de mesa, campanas y toda clase de relojes formaban el Jurado. Se me encomió a sentarme en un banco, tras lo cual el Juez tomó la palabra. – Tras estudiar su gravísimo caso, y el hecho de que no hay mas grave para un reloj que parar deliberadamente el tiempo, se le comunica el veredicto del jurado. - 

 

El Portavoz del Jurado, un viejo reloj de mesa, con dos campanillas, procedió a leer la deliberación de los miembros de Jurado.  – Si bien es cierto que los hechos de los que se acusan al procesado son graves, el jurado ha tenido en cuenta los eximentes que se detallan a continuación.  Este viejo reloj de cuco, no es un reloj normal, fue tallada su madera de un árbol de Palo santo, lo construyó un anciano sacerdote rescatando la madera de una vieja Hermita. Le dio la forma de una pequeña iglesia, y lo bendijo con agua bendita. Una Iglesia, es el símbolo de la piedad, clemencia, ayuda al necesitado, lugar de auxilio para las personas enfermas, y de salvación del alma, casa de Dios, y dios atiende las súplicas cuando proceden de un corazón sincero y puro. Por cual, este Reloj, no ha hecho otra cosa que atender las súplicas, para lo cual fue construido. Y si tiene el poder de detener el tiempo, es porque el Juez supremo se lo ha otorgado, y ya que ha sido para una buena obra, quien somos nosotros para cuestionarlo. Total una hora en la inmensidad del tiempo, es menos que una lágrima de una joven. –

 

Pedimos que se le deje en libertad, para seguir contemplando como se casan y van envejeciendo Estella y Lorenzo, sus hijos y los hijos de los hijos de sus hijos. El Juez dio un fuerte mazazo sobre la mesa, haciendo un ruido tan fuerte, que el viejo Cuco que no se había enterado de nada y dormía placidamente en su nido dentro del Reloj, se sobresaltó y se asomó asustado diciendo.. Cucú..cucú..cucú..cucú..cucú.    FIN.


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