RESISTENCIA

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RESISTENCIA

 

Cuando el otro día me entere me quede helada. No podía ser, todos mis miedos se confirmaban. ¡Podía pasar! Había llegado ese momento, casi lo había soñado hace ya mucho tiempo y estaba preparada, pero al verlo tan cerca me encontraba fatal, como incrédula, desorientada. Todos los pensamientos fatales que tenía se me venían a la cabeza en avalancha y no podía asimilarlos todos a la vez.

Ese día cuando llegue a casa ya no salí, y el siguiente tampoco, no podía quitármelo de la cabeza y sabia que probablemente a mi me sucediera lo mismo a no tardar mucho.

A nosotros ya nadie nos tiene en cuenta, ni se nos pregunta, ni se nos escucha. Parece como si pasásemos a otra realidad diferente de la vida.

Pero yo creo estar preparada para afrontarlo, porque es un temor mío desde hace tiempo. Tengo mis ahorros de toda una vida para ello y mientras no me falle lo más importante, la cabeza, voy para adelante.

Te das cuenta que ya no contamos para una sociedad como la actual, no somos actualidad ni noticia en ningún sitio, ni en periódicos, ni en radio, ni en programas de televisión, con la buena aportación que podríamos dar con nuestra experiencia. Solo salimos en una hoja del periódico todos los días sin faltar.

Pero bueno voy a contar lo que ha sucedido para encontrarme así. Porque he vivido muchos años, he sacado adelante a una familia y he pasado muchos calvarios, incluidos muchos entierros y enfermedades varias.

Cada día me cuesta más llevar mi vida de independencia, viviendo sola y haciéndome cargo de todas las tareas de una casa, aunque sea solo para una persona Cada vez que vienen mis hijos a visitarme y ven como tengo la casa, tiemblo con que se den cuenta que ya no puedo con las tareas diarias normales ni física ni mentalmente y tomen la decisión que tememos todos los que como yo hemos vivido mucho. ¡Pero a mí no me puede pasar! Tengo que utilizar todas las armas a mi alcance.

Cuando sé que van a venir preparo todo el escenario ideal: Todo recogido, sin ropa por el medio, ni colgada por cualquier sitio sin control, mucha comida por la nevera, cocinada y sin cocinar, todo listo para revisión. Encima ahora se acercan las fechas navideñas, las peores de todo el año, aquí hay que hacer la mejor puesta en escena de todas. ¿Pero se darán cuenta? cuando pasen a visitarme. Espero que no.

Todo ha comenzado cuando a mi hermana mayor se le ha roto la cadera, no sé por cuántos sitios. La han llevado al hospital y la han operado de urgencia, todo ha salido bien, pero al darle el alta ya no vuelve a su casa. La llevan a un sitio para que se recupere mejor y este mejor atendida, o eso dicen.

Yo de todas formas tomo nota y intento alargar la cosa, para ir a visitarla y me cuente lo que piensa de esta situación, ¡Aunque poco importe! las dos ya lo sabemos de sobra. Tenemos muchos años, miedos y ganas de que se nos implique en la vida de nuestros seres queridos. Pero vista la situación, vamos para el “olvido.”

¿Qué podemos hacer?

No nos podemos hacer cargo la una de la otra, ni tampoco pedírselo a nadie.

No podemos decidir nuestro “futuro”. ¿Qué futuro?


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