Siempre en el transporte

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
10390 visitas

Marcar como relato favorito

Me alisto para salir y en lo único que pienso es en encontrar a alguien nuevo para compartir está deliciosa perversión. Camino con paso firme y veloz siento la excitación recorrer mi cuerpo e inundar mi entre pierna, al llegar a la estación en lo único que pienso es en que el vagón llegue repleto de gente para poder iniciar mi maravillosa  rutina.  Con cierto nerviosismo volteo a buscar al candidato ideal, le hago una especie de casting y no evaluó precisamente su atractivo rostro, mi enferma adicción me lleva a mirar directamente a ese bulto que tanto deseo, algunos en pantalones de mezclilla, otros en traje y unos cuantos más en pants éstos últimos son los más atrevidos y de los que yo podría asegurar usan ese atuendo con toda la intención de frotar su miembro en un trasero femenino,  llega el metro y mi excitación es mayor al notar que no cabe ni un alfiler en el.

A empujones y como puedo lo abordo y claro no falta el acomedido que te de un pequeño empujón para que subas con facilidad,  primera parte superada estoy dentro y con un hombre detrás de mi, debo aprovechar ya que mi trayecto de salto del agua a sevilla es muy corto, así que pongo manos a la obra, noto como ese ligero roce se vuelve una inocente caricia para pasar a un fuerte apretón de nalga,  yo claro estoy a todo lo que da restriego con más fuerza mi trasero a esa bulto que se ha puesto muy duro ya,  mi único deseo es ser penetrada por ese desconocido que hace mucho perdió el pudor y ahora mismo está frotándome su verga.

Mi parte favorita se acerca y es cuando me volteo de frente y bajo mi mano la que carga la mochila claro para disimular el siguiente acto, con la palma hacia enfrente empieza el jugueteo para fortuna de mi cómplice y mía el metro sigue lleno y con la mayoría de la gente durmiendo, puedo sentir la humedad de su líquido preseminal que rico sería limpiarlo con la boca,  comienzo una ligera masturbación con cierta timidez y no por mi maravilloso compañero de viaje sino por la gente que nos rodea, la humedad en mi vagina es la que me hace apretar sus testículos y jalar con más firmeza esa verga que palpita en mi mano. 

Mi viaje está a punto de culminar y yo sólo pienso en lo bien que se siente el roce de su miembro en mi deseosa vagina,  ufff solo una estación y ninguno de los dos ha llegado al punto máximo no queda más que desear encontrarnos al día siguiente para seguir con éste exquisito placer, llego por fin a mis destino y al bajar siento la firme despedida de mi desconocido acompañante a la que sólo puedo responder con un último apretón de verga. 

Las 7:15 llego con velocidad a mi trabajo y lo primero que hago es masturbarme imaginando que quien me penetra con tal fuerza es el dueño de ese falo 


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed