Mi libro, C. 12 B

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ESTE LIBRO ESTÁ COMPUESTO POR HISTORIAS, UNAS MUY CONOCIDAS Y OTRAS DESCONOCIDAS PARA LA MAYORÍA DE LA GENTE.

Rebelión de Boudica

Boudica ha sido una soberana belicosa de los icenos, que lideró a algunas etnias britanas, también a los cercanos trinovantes, en la más grande sublevación contra la conquista romana en los años del 60 al 61 d. C., estando gobernando Nerón. De este levantamiento informaron dos narradores, Tácito y Dion Casio.

Datos biográficos: Tácito y Dión Casio, están de acuerdo en que Boudica era descendiente de hidalgos icenos. Dión Casio cuenta de ella que “tenía una imaginación superior a la que tienen normalmente las mujeres”, que era grande, de voz hosca, mirada cruel, de pelo muy largo y pelirrojo, hábito de varios colores y mantón ceñido abrochado. Llevaba a diario una gargantilla de oro, seguramente un torque, añadido, que en la cultura celta suponía nobleza.

Su marido Prasutagus (seguramente le llamaban Esuprastus) era el monarca de los icenos, etnia que vivía en el territorio de Norfolk (en la zona este de Inglaterra) en la fase inicial quedaron fuera del Imperio Romano, porque firmaron una ley de cooperantes con los romanos mientras que ocupaban la Britania, durante el mandato de Claudio en el año 43.

La autonomía para ellos, como para las demás tribus celtas significaba mucho, y antes de revelarse en el año 60, tuvieron algunos altercados con los romanos, el  más trascendente se dio cuando era administrador de la Britania Publio Ostorio Escápula, quien les advirtió que podría retirarle las armas.

Aunque, Prasutagus gozó como rey en la opulencia una extensa existencia. Sin embargo tenía un dilema, que era la de no tener un vástago hombre y le daba miedo de que cualquiera de sus hijas no mantendría la autonomía delante de los romanos; de esa manera le vino al pensamiento de proclamar al administrador romano coheredero de su monarquía, al igual que sus dos hijas. Esto se llevaba mucho en aquel tiempo, porque se lograba que mientras viviera el monarca usuario, se acataría una posición de autonomía.

Por esos motivos y porque las normas romanas no permitían heredar por la vía materna, al morir Prasutagus, su plan de conservar su estirpe se desechó y su monarquía fue añadida igual que si hubiera sido ocupada. Las posesiones y sus enseres fueron requisados, la nobleza fue considerada como si fuera cautiva. Teniendo en cuenta que Prasutagus estuvo morando con préstamos de los romanos, al morir, a toda su familia les quedó ese déficit, que la soberana Boudica no era capaz de abonar.

Relata Dión Casio, que los recaudadores romanos (también Séneca el joven) emplearon la fuerza desbalijando a los poblados y llevándose a cautivos como abono del déficit. Tácito, parece no deferir de lo que dice Casio, por eso dice: el letrado Cato Deciano por su “codicia”. Los romanos flagelaron a Boudica y violentaron a sus dos descendientes, lo que puso furiosa a la soberana.

En tanto que el administrador Cayo Suetonio Paulino se encontraba en el norte de Gales liderando una represión en la ínsula de Mona (Anglesey), donde se escondían nativos insurrectos y un núcleo de druidas, los icenos confabularon, además de otros con sus limítrofes, los trinovantes, para alzarse contra los romanos y designaron a Boudica para dirigirla.

Seguramente inculcaron la acción de Arminio, infante de los Queruscos, que extermino a tres milicias romanas en el enfrentamiento del bosque de Teutoburgo y que evocaran sus ascendientes, que se enfrentaran a Julio Cesar en el año 9 al poner este por dos veces los pies en tierra de Britania.

La verdad es que Dion Casio escribió, que Boudica llevó a cabo una prueba de predicción soltando a una liebre de la plegadura de su vestimenta y descifrando el itinerario en que marchaba clamó a Andraste, la divinidad de Britania del triunfo.

Los insurrectos lo primero que atacaron fue Camulodunum (Colchester), la anticuada ciudad administrativa de Trinovantia, que ya era una posesión de Roma. Los hombres experimentados romanos continuando con la tradición romana se habían instalado allí, donde se había levantado una iglesia al soberano Claudio a costas de los trinovantes. Esto provocó que la población se transformara en una concentración de rencor.

Los romanos reclamaron más soldados, aunque el político Cato Deciano, no había mandado más que 200 ayudantes. Las tropas de Boudica entraron en una población casi indefensa y la arrasó. Cercaron durante dos jornadas a los postreros defendedores en la iglesia hasta que se rindieron, asesinando a niños mujeres y mayores. Luego le prendieron fuego.

El más tarde administrador, Quinto Petilio Cerial, el legado de la milicia IX Hispana, quiso ayudar a la población con tropas de esa milicia, aunque su ejército fue vencido. Su legión fue sorprendida en un lugar de bosque y fueron pocos los que pudieron huir entre ellos su líder. Deciano Cato el retador de los hechos por su ambición, creyó que era mejor alejarse y se fue para la Galia.

Al llegar esta información a Cayo Suetonio Paulino (administrador de Britania), mandó partir hacía Londinium, que era a donde se dirigía Boudica; aunque al ver que no podían protegerla, se marchó de ella, de esa manera Boudica pudo prender fuego a la población y exterminar a sus moradores. Suetonio Paulino llego tarde para proteger Verulamium y de igual manera fue asolada.

Y llegó la hora, de que Suetonio y Boudica se enfrentaran en la Batalla de Watling de Street, en un lugar que no se puede señalar, entre la entonces Londinium y Viroconium (hoy Wroxeter en Shropshire). CONTINUA EN EL OTRO CAPITULO.

 

 


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