Fiesta familiar en un Pueblo donde fui feliz (parte2)

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Cerca de la 1 de la mañana mi prima dijo sentirse muy cansada y que se iban, toda la familia la trató de convencer a quedarse, pues como dicen somos de carrera larga, pero con su enfermedad de pretexto nadie pudo, mi noche de repente se veía acabada. Sin embargo mi mente trazó un plan que bien valía la pena intentar. Los alcancé antes de que salieran del salón y le rogué a mi prima que al menos dejara regresar a Leonardo, que si no, la fiesta iba a ser muy aburrida para mí y que además pues la música seguía muy buena, y con eso vi como los ojos de Leonardo se alegraban pues el no puede desperdiciar la oportunidad de bailar y bailar. Sin mucho esfuerzo logré convencerla, así que fuimos a dejar a Laura al hotel, mientras ellos se iban a su cuarto le dije que yo iba por un suéter y unas pastillas para mi mamá y le pedí a Leonardo que pasara por mi al cuarto. Pasaron unos 10 minutos y recibí el mensaje de Leonardo que estaba en la puerta, fui y abrí pero en vez de salir lo jalé al cuarto, él sorprendido, se dejo llevar y cuando menos se dio cuenta yo ya estaba colgada de sus labios, por instinto me rechazó, sin embargo en mi siguiente acometida por sus labios, él ya no puso resistencia y me devolvió el beso, comenzamos a devorarnos dejando que la pasión nos dominara. Tomé la iniciativa como siempre lo hago y comencé a desnudarle, acariciaba su cuerpo, el contacto con el calor de su piel me incitaba más, cuando llegué a su pene ya estaba completamente erecto y no dude en meterlo en mi boca, esa sensación de dureza y delicadeza mientras mi lengua recorría todo su miembro, le lleve a la cama y lo acosté mientra me subía en él y seguía disfrutando de su pene en mi boca, sin saber si entendería puse mi vagina en su cara, para mi sorpresa Leonardo inmediatamente movió mi tanga y comenzó a lamer mis labios suavemente, estaba yo muy excitaba pero mi vagina no se había lubricado hasta que la lengua de Leonardo comenzó a bailar por mis labios y mi clítoris, mi cuerpo respondió llenando mi zona pélvica de los jugos de sexo, mientras yo seguía lamiendo su pene. Fueron momentos increíbles pensé que no podría disfrutar más, cuando Leonardo comenzó a succionar mi clítoris y con sus dedos a penetrar mi vagina y estimular mi ano, fue una súbita explosión de sensaciones, mi boca llena de su pene, mi clítoris, mi vagina y mi ano todos enviando placer al mismo tiempo, tuve que dejar su pene para poder gritar y gemir el placer que me tenía embargada y dejarme llevar por un extraño y hermoso orgasmo mi cuerpo se sacudía sin control y Leonardo sabía como mantenerlo hasta que quedé inmóvil disfrutando de aquel momento. En cuanto recuperé el aliento, me voltee para besar los labios de Leonardo y darle las gracias por tan maravilloso orgasmo. Su sonrisa me dijo todo y las ganas de seguir disfrutando de él me envolvieron, comencé a quitarme el vestido mientras el acariciaba mi cuerpo, mis pechos y por su miraba disfrutaba de lo que veía y tocaba, cuando me quise levantar para quitarme la tanga, él me detuvo y me dijo déjatela no te separes de mí, comprendí lo que decía pues el calor de nuestros cuerpos juntos era tan cómodo y dulce, embriagante. Con las ganas de tenerle dentro solo me levante moví mi tanga y me tragué su miembro el cual entró en mi vagina como un dedo en un guante diseñado especialmente. Mis movimientos nos tenían extasiados se notaba en la mirada de Leonardo y en sus caricias, de repente me atraía hacia él para besarme y otras para lamer mis pechos y chupar mis pezones, los cambios de posición y ritmo solo hacían crecer poco a poco la excitación que va construyendo un orgasmo, mi vagina apretaba su pene y veía como le encantaba cuando comencé a sentir los estertores de su pene supe que el orgasmo de Leonardo estaba cerca y comencé a moverme más rápido cuando su cara y su eyaculación mostraban su placer un par de estocadas mas y yo también estaba temblando por un orgasmo, nuevamente mi cuerpo se convulsionaba sin control, escalofríos recorrían mi cuerpo no podría se más maravilloso, me derrumbe en su pecho a disfrutar del momento y de su calor. Para mi sorpresa, Leonardo se levantó, pensé que ya querría irse, fue una sensación extraña pero sabía que así debía de ser, el no era mío, solo probablemente un capricho un gusto que me acababa de dar. Sin embargo el comenzó a acariciarme a besarme la espalda y cuando jaló mis caderas supe que lo que quería y se lo dí, cuando me penetró su miembro se sentía algo débil ya, pero para la segunda vez su dureza se había recobrado y comenzó a llenarme rítmicamente, sacando todo su pene y metiéndolo de nuevo, yo solo dejaba salir los gemidos de placer y me agarraba a la colcha, pensaba que no podía sentirse mejor que no podía soportar más placer cuando Leonardo sacó su pene, junto mis piernas y tomó una posición más agresiva, fue la locura sus penetraciones fuertes y con las piernas cerradas su miembro tocaba desde mis labios externos hasta lo más recóndito de mi vagina, era maravilloso, mis gritos de placer salían libremente y un orgasmo me invadió, me llenó, estaba a punto de caer de desvanecerme pero mi cuerpo deseaba seguir sintiendo, disfrutando de todo ese placer, un nuevo orgasmo casi inmediatamente mi cuerpo ya no era mió, se convulsionaba de placer, mientras una nueva eyaculación de Leonardo llenaba de calor mi interior que me terminaba de enloquecerme. Nos desvanecimos casi al mismo tiempo y solo logré acomodarme entre sus brazos y dejar que la calma envolviera mi cuerpo, mientras el sueño me dominaba y me llevaba al mundo del ensueño, donde esa noche viví una vida al lado de Leonardo, una vida que sabía nunca sería mía.

Cuando desperté Leonardo se había ido, sentí algo de tristeza, pero sabía que lo que me quedaba era esa maravillosa noche juntos y la esperanza de alguna otra vez.


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