Manos

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Enviado el , clasificado en Terror / miedo
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   Me hizo dudar mucho al respecto. ¿Humedad? No. ¿Lo habré hecho yo sonámbulo? No me parece. ¿Mi hermanito menor queriéndome jugar una pesada broma? Definitivamente no.

   Como es costumbre en mí, ahí estaba yo, otra vez; Limpiando el cristal de mi espejo… De hecho, siempre lo emprendí de esa forma… Igual a un ritual, pero sin lo religioso, creo…

   Al tener solamente doce años, uno no sabe hasta qué punto limite puede alcanzar la realidad que nos rodea. Nada es lo que parece.

   Bueno, no quiero confundiros mucho, así que les cuento lo ocurrido… Tras progresar la limpieza de espejo, me acosté en mi cama; no tardaría mucho en dormirme, ya que el día siguiente me tomarían examen y necesitaba dormir lo suficiente para rendir bien mis energías, o por lo menos eso decía mi mamá. No, no soy de esos niñatos nerviosos ante una evaluación.

   Esa misma noche mi abuelo cuidaba de mí. Porque mi familia (mis padres y mi hermanito de 4 años) estaban durmiendo en la casa mi tío con la simple excusa de “tiene casa nueva, iremos a darle una mano con las valijas”

   Como de casualidad en mí, desperté alborotado a las 03:02 AM. Lo recuerdo perfecto. Mire mis peluches, todos, con sus plásticos que simulaban ser ojos. Ojos muertos, iluminados por la luz de la luna que daba desde mi ventana, miraban el espejo resplandeciente que con su espejismo reflejaba mi placar de ropa entreabierto. ¡Joder! ¡Eso me pone los pelos de punta! Levante a cerrarlo y corriendo fui a arroparme en el interior de mis sabanas.

   Traté de dormir, lo que fue en vano. Me entretuve mirando mi espejo, observándolo detalladamente. ¿Esas eran manos?

  Dudé solo una vez, la marca era semejante a la copia de las huellas dactilares de la mano de un niño. Como si un niño hubiera apoyado sus manos en mi espejo, y solo quedarían sus huellas. Estaban ambas manos, trataban de llamar mi atención.

   A veces lo que más quieres ignorar, más te interesa. O eso decía mi tío.

   Intente no mirar…Intenté.

   Esa silueta… me sobreexcitaba la simple cuestión de saber quién había marcado mi preciado espejo. Talvez piensen “¿Por qué le interesara tanto un tonto espejo?” La respuesta es simple: me lo heredó mi única abuela que vi con vida. Era tan buena y joven…

   ¿Quién puso sus sudorosas manos ahí? ¿Por qué? La imagen delataba a un menor, era un tercio de la mía… Una mano muy pequeña.

   Me levante de mi cama y con un trapo las borronee. Ahora no se veían siluetas legibles… Pude volver a dormir.

   Me desperté, fui al colegio y me fue muy bien. En el camino de regreso me plantee lo sucedido aquella noche y me propuse contárselos a mis padres. Al abrir la puerta de mi casa vi una imagen terrible: toda mi familia reunida, llorando.

   Nervioso pregunte que sucedía y mi papa dijo: Tu hermanito murió. En verdad no fuimos de tu tío, eso solo fue una excusa para que no te preocupes. En realidad Carlitos tenía mucha fiebre y lo llevamos al hospital, a las 3:02 AM lo dieron por muerto. Nadie lo pudo creer, él estaba totalmente sano, a excepción de su fiebre… Los médicos no supieron explicar…Simplemente murió.

   Ya van veintitrés años y todavía no cuento que le paso a mi espejo aquella noche…


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