Erick...

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He despertado de golpe… me encontré desnuda de la cintura hacia abajo, mi busto al aire y lo que se suponía que era mi brazier y mi playera literalmente hechas pedazos sobre mi piel. Miré hacia los lados y solo encontré a otras personas durmiendo, la mayoría sin prenda alguna…

Me levanté casi con dificultad de lo que parecía ser un colchón de dos plazas en medio de la sala de la casa, reconocí una camisa roja a cuadros en el suelo, la tomé a sabiendas de quien era su dueño, me la puse rápidamente y me observe en un espejo que se encontraba cerca de mí.

Moretones, chupones, golpes… marcas, me quedé mirando, la mayor parte del cuerpo me dolía, algunas lágrimas se asomaron por mis ojos, me voltee… Erick dormía a un costado de donde me encontraba yo, con otras 3 chicas, una de ellas es una compañera de universidad. Mi corazón dolía… no solo abuso de mí, sino que también me humillo al frente de extraños, sin mi permiso me desnudo y…y…me violó sin perdón, sin amor, sin ni una muestra de afecto, solo me usó.

Busque entre los ebrios durmientes mis pertenencias, encontré parte de mi ropa, me dispuse a salir de esa casa… quise caminar un poco tal vez así me calmaba. Vi a unos tipos acercarse a mí, era de madrugada por lo que avancé más rápido hasta llegar al departamento.

Me sentía fatal, entré al baño con un cambio de ropa, di el agua de la ducha para luego sumergirme bajo esas cálidas gotas que golpeaban mi cuerpo de forma placentera. No recordaba a cabalidad todo lo que había ocurrido en esa fiesta, pero mi cuerpo adolorido me decía que no fue nada bueno. Salí de la ducha y me observe en el espejo… miles de cosas abordaban mi mente sin embargo seguía observándome…. ¿Será que Erick me quería solo por esto?, ¿Solo amaba mi cuerpo?, ¿Solo quería tener sexo conmigo? ¡Yo lo había esperado toda mi vida, crecí, siempre quise que el fuera el primer hombre de mi vida! Yo no era ninguna santa… tímida si pero nunca una blanca paloma. Cuando era menor recuerdo haberme tocado pensando en él, gimiendo en la soledad de mi habitación, en esa casa en la que nunca había nadie, gritando su nombre, en la pura y casta soledad.

Me sequé, luego me vestí cómodo, con un pollerón para que las marcas no se notaran. Salí del baño, busqué a mi hermano pero no se encontraba, tampoco había rastro de que hubiera dormido ahí. Me preparé a desganas unas tostadas y un té, terminé de desayunar e hice los quehaceres de la casa sin embargo me sentía apagada, me sentía un alma sin brillo.

Cuando terminé de limpiar, ya pasaba del mediodía. Escuché unos pasos supuse que era Erick… abrió la puerta, y con típica caña de fiestero se sacó la ropa con dificultad, fue al baño y me llamó a gritos. He ido ya que pensé que se había resbalado pero me recibió desnudo.

-Bonita, no me quieres acom-pañar- . Cerré la puerta, siquiera me moleste en contestarle.

-¡DESPUES NO DIGAS QUE EL MALO SOY YO MIERDA!- gritó, al parecer el alcohol aún le tenía efecto. Me insultó… yo debería estar enojada con él… pero él es el que me insulta.

Salió de aquel cuarto de baño sin toalla alguna, vio que me encontraba cerca de mi cama se acercó y comenzó a besarme, sus manos recorrían principalmente mis muslos, pero me separé. Insistió, volvió a insistir y volví a separarme de su lado.

-Oye juguemos un poquito, no te cuesta nada no hay nadie-.

-No  quiero Erick- se acercaba a mí.

-un poquito, nada más deja quitarte la ropita- dijo intentando sacar mi polerón.

-¡Dije que no Erick!- grité fuerte.

Él se quedó mirando serio -¿Qué te pasa?-.

La pregunta me enojó -¡¿Qué me pasa, Enserio?!- respire.

-¿Es por lo de anoche? ¡No te pongas pendeja Maddie!-. -¿Pendeja?, Era una fiesta, solo un cumpleaños no tenía por qué pasar algo-.

-Eso no te molestó anoche querida- se jactó él.

Me sentí más que insultada… me dieron ganas hasta de llorar. Se tiró en mi cama como dios lo había traído al mundo –No quiero pelear linda, ven jugamos un poco, tengo muchas ganas bebé-.

Me giré indignada, no le importaron mis sentimientos en nada. –Hey, Maddie acuéstate conmigo-. Me iba a salir del departamento, pero en cuanto Erick lo notó se levantó de la cama y me cogió del brazo con fuerza. –Maddie de verdad detén tu berrinche-. Lloré –Un berrinche…-. Erick se rascó la cabeza, se dio vuelta y murmuró furioso –Tus amigas de la fiesta no me alegaron por haberlas follado en frente de todos… el estúpido fui yo, Sofía me lo dijo mil veces… “Es muy joven, es una niñata, va creer que es tu dueña”-. Cada palabra me llegaba como una lanza al corazón.

-Pero ¿sabes Maddie?, ¡me importa un coño!, ¿Comprendes?-

 

 ......

Continuará...

Chicos/Chicas cualquier consultilla, charla, secretillo a mi correo  mininamiau564@gmail.com disculpen si no contesto inmediatamente <3

De verdad agradesco su apoyo con "Maddie..." y como regalo les he dejado el punto de vista de nuestra querida y amada castaña en esté capitulo. Siempre me alegra recibir sus comentarios, opiniones y sus deseos más intimos <3

Sí es el primer relato que lees de mi pertenencía te invito a buscar los anteriores <3 Besitos <3


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