El chico del 5º (4ª parte)

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De un pecho pasa al otro, yo se lo sujeto ya que él tiene sus manos ocupadas amasando mi trasero. No quiero que deje de hacerlo porque cada cierto tiempo me está dando cachetadas que me llevan a la locura, Se ha dado cuenta de que gimo con cada golpecito y lo hace. Quiere darme placer y eso se le nota. No dejo de botar encima suya hasta que desde lo más profundo de mi ser noto un pinchazo, Marcos nota que me voy a correr y me da el último azote más fuerte y me grita: ¡Me corr.... ! No termina la corta frase, ése último azote ha echo que se me erice la piel y caiga con todas mis fuerzas sobre su pollón y nos corramos a la vez.

Gemimos, reconozco ésa voz, su voz, he escuchando antes ése ¡aarrgggg! grave y varonil, lo escuché cuando yo estaba la tarde anterior masturbándome en casa después de ponerme cachonda en el ascensor y pensé que alguien más estaba disfrutando, los dos nos masturbamos a la vez... por mi cabeza pasa la imagen y me quedo pensativa, es erótico, yo me masturbaba imaginando que me empotraba en el espejo del ascensor y él... ¿se haría una paja imaginando que me está penetrando posesivamente?

Me saca de mis pensamientos levantándome la cabeza de su hombro, lo hace con mucho cuidado, me da un beso tierno en la boca y yo le respondo con otro. Me pone la mano en la mejilla y me acaricia los labios, me pasa un dedo por el labio inferior como el día anterior en el ascensor, me quita mechones de cabello que tengo por la cara y agradezco que lo haga con delicadeza, ha pasado de tratarme con rudeza a tocarme como si fuera de cristal. Me encanta.

 

Lo miro a los ojos verdes y le digo: Ha sido espectacular, haces en cada momento justo lo que necesito, como si me conocieras a la perfección.

Marcos sonríe y me dice: He pensado lo mismo que tu, ¿cómo es posible?

Sonrío pensando que no es la primera vez que noto su miembro dentro de mi. En mis fantasías lo hemos echo bastantes veces y ya nos conocemos a la perfección, nos compenetramos y sabemos lo que uno quiere del otro en cada momento.

Le doy un rápido beso en los labios y le pregunto donde está el baño, me indica y me marcho colocándome por el camino el vestido.

 


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