El Aristócrata y el Vagabundo (Fábula)

 (Acerca de discusiones estúpidas). 

Un perro de raza indefinida vagaba por el parque limpio, verde y hermoso. Un auto de lujo llega a las cercanías, baja el joven conductor a su mascota fina, un ejemplar poodle, blanco como la nieve. Con desprecio mira al vagabundo, demostrando su aristocrática estirpe, le ladra con fineza: "¡¡ Guaus, guaus, guaus !!  Perro indecente y sucio, ándate de este exclusivo paseo".

Amoscado  por los insultos sin motivos, el mestizo  de lejos lo observaba. En un descuido de su amo, el blanquito su necesidad biológica alivió.

_Eh, tú que eres de raza superior, ¡Harto cochino resultaste ser! _Se vengó el despreciado can.

_ ¡Calla, perro infeliz y atorrante!  ¡Eres un cacatúa ! _Le echó su verba  fina y educada.

_ ¡Esto sí que está bueno! La caca es tuya y no mía.

La discusión se extendió entre ladrido y ladrido, el amo tomó su perro y  pisó la suciedad. Con asco limpió lo que pudo y furioso se fue  del lugar.

Moraleja:

Diálogo de sordos entre tanto ladrido

No existen palabras sólo ladran

Dejando el paseo sucio y podrido

Así no hay argumentos que valgan

Uno  elegante, fino  y altanero

No se entienden ni con ademanes

El otro ignorante, tonto y grosero

Qué se puede hacer: ambos son animales.