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		Contaré la historia de un gato
cuyo nombre es lo de menos
pero que se había adueñado
de un terrible y gran secreto.
Saltaba agitado de un lado a otro
movía el rabo siempre sin parar
maullaba temprano, muy pronto,
y nunca dejaba de arañar.
La causa de todo este revuelo
nadie lograba adivinar,
el veterinario andaba locuelo
tratanto de encontrar su mal.
Hasta que un día habló el gato:
"no estoy loco" dijo resuelto,
"tan sólo soy un humano
atrapado debajo de este pelo".
"He venido hasta aquí
desde un futuro no lejano,
tan sólo os quiero decir
que tratéis de ser más humanos".
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