LA JERARQUÍA DE LAS ONDAS OMEGA-V (1ª parte)

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LA JERARQUÍA DE LAS ONDAS OMEGA-V

Abigail “Abbie” Stappleton , la presunta telépata (“tpt”) terrorista especializada en choques urbanos, había desconectado, todas a la vez, unas cuantas mentes de conductores de vehículos en Barcelona y fueron 306 accidentes de tráfico los que acontecieron en cuestión de quince segundos; causando un caos circulatorio sin precedentes.

Abbie estaba aparentemente orgullosa de la maniobra, ya que había logrado burlar, por un momento, a la férrea multitud de coordinados mentalistas policías; los cuales esperaban detectar algún mínimo movimento suyo hacía tiempo.

Instantes después del atentado, sí que consiguieron descubrir su potente señal enseguida y luego herir de muerte a la propia Abbie, friéndola su cerebro, a distancia, con los de los propios inspectores pero solo fue para descubrir, en el rápido escaneo psíquico, que había un gestor soviético por encima de Stappleton, llamado Eugeny Bonkov; el cual controlaba la cabeza de la propia mujer.

Como escalofriante añadido, los policias también detectaron aunque de manera muy vaga e imprecisa, una jefa anónima que, a su vez, manejaba las raras Ondas Omega-V del encéfalo del propio Eugeny. Existía una jerarquía, una cadena de “tpt”, una pirámide de mando.

Parecía lo peor de todo pero los de la brigada intuyeron, aterrorizados, agotados y sin tiempo para otro contraataque, que aquel desastre multitudinario en la capital barcelonesa con Abbie de supuesta ejecutora, fue solo una artimaña de distracción a pequeña escala: la misma operación de conductores “desconectados” iba a repetirse en solamente dos minutos por todo el mundo con, ahora de primer y único títere Eugeny y con la jerarca “X” siguiendo de reina dominante; como especializados autores ambos de más desastres de trafico.

Para colmo, los agentes de la ley ,de repente, habían perdido el rastro “tele-neuronal” de Eugeny Bonkov y por supuesto, también de su enigmática superior; los cuales utilizaron de señuelo y de subordinada marioneta a una “tpt” menor como Abbie.

La propia señorita Appleton, yacía en el suelo sin moverse y estaba a punto de morir pero antes de exhalar el último suspiro, su chamuscada mente logró pronunciar, a duras penas, un borroso nombre; ¿como confesión de relativa inocencia e incriminación de otra persona?

-¡Un momento! ¿Habéis oído todos, compañeros? ¿¿Es el nombre de su jefa lo que ha pronunciado en su moribunda mente, Abbie??- transmitió apresuradamente, sin hablar, una de los principales agentes “tpt”; una francesa llamada Segolene Baticheraux.

¡Aún podía haber tiempo de actuar e impedir más acciones del comando! Habría que analizar, en solo 30 segundos, la pequeña transmisión de las propias Ondas Omega-V de la chica pero podría ser una esperanzadora pista para los “polis” telepáticos; los cuales habían captado y grabado en su memoria la última palabra "no inducida" pensada por Abbie V. Stappleton.

Escrito por Txus Iglesias.

*** Dentro de la total ficción del relato, las Ondas Omega son raras ondas cerebrales de lectura o manejo del pensamiento ajeno. La clasificación letra V de “Vehículos” se les da a telépatas especialistas en temas de tráfico, repito dentro de este relato ficticio.


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