FOTOS EN LA MADRUGADA ASESINA (1ª PARTE)

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 * Relato de género negro escrito en 2015                                                                                    

                                             FOTOS EN LA MADRUGADA ASESINA(1ª parte)    

 

-Buenas noches, me llamo Donna Redstone ¿Podemos vernos dentro de tres horas? – sonó una frágil y educada voz femenina al otro lado del auricular- Conseguí su teléfono y supe de su trabajo a través de un discreto tipo de la Zona Oeste de New Jersey llamado…llamado…¡Ah, sí!  Will “El Chapas”, así le apodaban…    

– “El Chapas”, sí, un tipo de fiar. Continúe señora – le contestó fríamente una ronca voz masculina.    

– Bien, le diré donde quedaremos. Acuda usted hacia la una de la madrugada al Bar de Joey Sullivan en el nº28 de la Calle Hummer. Me reconocerá porque llevaré un vestido largo de color azabache con un broche dorado.  

– Conozco el local, allí estaré. Ni que decir tiene que ha de venir sola, traerme dos fotografías de cada persona y largarse luego con rapidez o no escucharé su trato- le advirtió él.    

– Sí, de acuerdo, tardaré solo un momento. Se me olvidaba, he de añadir una cosa más. Le pagaré al final y además…. -comenzó explicando ella.  

——–

1:05 de la madrugada.  

La mujer ataviada con un distinguido vestido negro entró caminando despacio en el local acordado. No había nadie salvo un despistado camarero con ganas de cerrar y dos borrachines sentados, más cerca de caer dormidos éstos que de estar sobrios.    

– Aquí, señora, estoy aquí. Me llamo Jimmy-  la advirtió el hombre al reconocerla- Siéntese, hable bajo, deme las fotos y váyase luego rápido por donde ha venido.  

– Ha de matar usted esta misma noche a estas dos personas que salen en las fotografías que me pidió. Es totalmente necesario- comenzó pidiéndole Donna Redstone  a Jimmy “El Anguila”, mientras ella le alargaba con discreción las instantáneas.- Ya le he dicho por teléfono como localizarles  y donde estarán dentro de un cuarto de hora. Insisto en que le pagaré luego, en un momento, cuando usted termine el trabajo. Llevo el dinero aquí ¿Lo ve?-   

Jimmy clavó los ojos en el intuitivo barman al modo en la que solo mira un depredador de su estirpe y le hizo unos leves gestos que significaban “Ni a ella ni a mí nos has visto, así que el pico cerrado”. Joey Sullivan, lo entendió enseguida y es que no era el primer tipo de esa calaña que entraba en su establecimiento.  El camarero le dio la espalda al mostrador, mostró una expresión del tipo “Oir, ver y callar” y siguió limpiando vasos.    

– Sí, ya veo que lleva la pasta usted ahí, sra.  –  expresó él ante el gesto de ella de entreabrir su bolso para enseñarle la cantidad. – Me fío de su palabra, Donna.    

– Ya sabe – prosiguió Donna Redstone - que no me importa lo que deduzca la policía, lo que quiero asegurarme es que no le incriminen a usted ni le relacionen conmigo.    

Jimmy miró, un momento, las fotos que Donna le acababa de entregar discreta y apresuradamente. No había visto nunca antes a las víctimas y esa misma circunstancia era la situación normal para un asesino a sueldo como él, sin embargo, hizo una rápida pequeña mueca casi casi imperceptible.    

– De acuerdo señora, así lo haré. Descuide, la “pasma” no me atrapará.- le dijo él a ella secamente - Dejaré una pista falsa para incriminar a un enemigo mío, un atracador que maneja rifles de larga distancia llamado Miguel “El trampero”. Le anda buscando la “bofia” y será el primer sospechoso. Estoy seguro que le cargarán el muerto, nunca mejor dicho.    

– No yerre y cárguese a los objetivos, Jimmy, se lo ruego e insisto: quiero que las personas las dos personas de las fotos mueran esta noche. Adiós.- suplicó ella finalmente antes de hacer un ademán de levantarse del asiento e irse- 

El detective Tony Dagger, con las venas saturadas de Jack Daniels, había localizado y descubierto a su ex – esposa Donna en Joey´s Bar, aquella taberna lúgubre y mugrienta en la parte Sur de New Jersey. En la calle, a unos  10 metros de la ventana del antro, con la vista algo doblada por el alcohol, miraba la escena que él creía de dos tortolitos.  

La espiaba siempre y ahora la observaba con su supuesto amante, al cual Donna entregaba ¿¿dos fotos de ella con dedicatoria amorosa y besos de pintalabios??… Eso se pensó Tony. Era tan ruin que él se jactaba ante los amigos de tener hasta dos amantes desde hacía tres años y a su pobre esposa (recién ex, mejor dicho) no la permitía ni hablar, siquiera con otros hombres.   

Así que, furioso y haciendo "eses", un borrachuzo Dagger entró por la puerta, llevándose Donna y Jimmy un buen sobresalto...

 


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