Supresores, una historia de engaños. Parte final.

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        Mónica ya se encuentra en la sala, está sentada con las piernas cruzadas, su feminidad es única, no es una belleza extrema es más bien una mujer con una sensualidad natural que casi ha sido extinguida en las demás mujeres. Ella es una rebelde y también la esposa de Don Esteban Ballesteros que pertenece a la aristocracia casta. Él conoció a Mónica en uno de sus viajes a los suburbios de creyentes de clase media casta y quedó prendado de su belleza, en ese instante la vida de Mónica cambio para mejor o eso pensó Esteban, aún y con todo los obstáculos  que puso su familia y la iglesia logró casarse con la mujer que había seleccionado para representar su apellido lo que no sabía Esteban era que esa unión sería su desgracia y haría todo lo posible para domar su deseos por el bien de su familia. 

       Antes de conocer a Esteban, ella vivía tranquilamente, asistía a las ceremonias religiosas, participaba en las colectas y actividades para recaudar comida y ropa para los barrios oscuros donde vivían aquellos que según la Iglesia no eran dignos de pertenecer a ella sin embargo su precepto les obligaba a ayudarlo para brindarle comida, aunque la verdad eran utilizados como esclavos simulando caridad. Las mujeres tenían prohibido cruzar hacia los barrios sólo los hombres podían llevar llevar lo recolectado por las mujeres para así evitar la corrupción de sus cuerpos. 

         En unas de esas recolectas humanitarias y en complicidad con una amiga Mónica vestida de hombre y con un sombrero que le ocultaba las facciones del rostro, logra llegar hasta la zona prohibida y de esa manera siguió yendo cada vez con más frecuencia hasta que un día algo inesperado cambio en ella

                                                                                ******

          - Buenos días Sra. Mónica -le dice el Dr. Román encargado de suprimir de manera química el placer sexual y de aplicar la calibración emocional que evita que la mujeres piensen o tengan sueños húmedos, lo que es lo mismo suprimen el acto más básico del hombres y mujeres después de comer y dormir: el placer sexual. 

         - Buenos días Dr. Román, tanto tiempo sin verlo ¿no le parece? -Con ironía profunda y haciendo énfasis concluye. -Me parece que fue hace dos días que estuve aquí, tal vez estoy confundida o serán los químicos que afectan mi percepción del tiempo. 

         En silencio se dirige a la silla y toma asiento, mientras el Dr. Román y una asistente acondicionan todo lo necesario para someter a Mónica a una décima sesión. Sometida ante los requerimientos del marido y las normativas de la iglesia casta es sedada, drogada y calibrada mediante inhibidores emocionales que tratan de suprimir sus deseos sexuales, pero al parecer ella es resistente y los efectos vuelven a reaparecer. Tal vez algo hace que su mente y cuerpo rechace el tratamiento. 

        Afuera en el salón de conferencia nos encontramos Narciso y yo. No saludamos asintiendo con la cabeza, apenas cruzo palabras con el pues ya ha dejado en claro que no quiere hablar conmigo. 

         - ¿Tiene tiempo para que hablemos un momento? 

          -Estoy de afán, y creo que no es idóneo que hablemos aquí, lo muros escuchan y luego pueden malinterpretar lo expresado.

         - Está bien, como quieras pero recuerda que sobre la marcha tarde o temprano el destino nos alcanza. 

        Él se voltea, finaliza la charla y dice -También es cierto que sobre la marcha, todos podremos cambiar el destino para reescribir nuestra propia historia. ¡No lo olvides! 

        Se aleja y me quedo para esperar nuevas instrucciones. Observó a través del cristal multicolor del gran edificio sede espiritual de la Santísima Unión de la Castidad, una ciudad que se mueve con firmes pasó de rectitud concebida desde la espiritualidad de sus ciudadanos, una ciudad tan admirable como la paz que nos brinda un regocijo comparable a lo hermoso de su arquitectura moderna vestida de vistosos vitrales surgida de la inspiración renacentista donde sus alrededores con mini bosques  completamentan el centro de nuestro  simbolismo religioso la escultura de Santa Castidad. Les dije que era supresor, puede ser que lo sea pero soy más bien el supervisor adjunto de algunos supresores con problemas de disciplina y en estos momentos mi objetivo directo es Narciso Paez y su errático comportamiento en relación al descuido de Sra. Mónica Ballesteros. 

        Narciso Páez, supresor desde hace tres años de una moralidad comprobada por el Consejo de la rectitud. Es el único hombre que viene de la Zona Prohibida que ostenta un cargo sólo para residente por nacimiento en Ciudad Castidad, esto debido a que durante un revuelta logró contener a los infractores de tomar la ciudad, se puede decir que era un líder y luego de muchas conversaciones con los alzados calmó los ánimos y fueron salvados de un castigo ejemplar ¿cómo lo hizo? Se canjeo por ellos y fue hecho prisionero.

        Estuvo en confinamiento de conversión moral y justicia por aproximadamente 05 años ganándose  la gracia absoluta del Gran Ministro que con frecuencia acudía a su reclusorio para conocer sus antecedentes y resultados. Como era de esperarse terminó por dejarlo libre, cuestión que fue resentida por los demás miembros de la Iglesia pues no estaban convencidos de su transformación, ni yo tampoco. Empezó a escalar posiciones y nunca pude comprobar la falsedad ni en sus actos ni en sus palabras. Sin embargo nunca dejé mis sospechas, sabía que algo ocultaba, sólo tenía que esperar paciente y él mismo se revelaría. 

       Su osadía o más bien engaño lo hizo el supresor de la mujer más importante en Ciudad Castidad pues como ya sabemos el señor Ballesteros no pudo reprimir su necesidad primigenia de tomar por esposa a una mujer como Mónica de bajo abolengo y con su poderío Casto uso su influencia y logró casarse con ella y desde hace 08 años es su esposa. 

       Después de años y años de investigar minuciosa y de vigilancia permanente, al fin pude unir las piezas de algo que a simple vista durante años pasó desapercibido y anoche al fin lo pude verificar. Sólo queda exponer que Mónica Ballesteros y Narciso Páez son infractores inmorales pues desde hace tiempo llevan una burda relación carnal clandestinamente en las narices de los habitantes de Ciudad Castidad. A partir de ahora sólo tendré que hacer que ellos mismo se descubran y muestre su engaño. . .

 

                                                     FIN. . . ?

 

        Esta historia aún se encuentra sin editar, tal vez encuentre incongruencia pero agradecería su corrección y critica, gustaría hacerla una historia más extensa ya veremos. Aprovecho para darles las gracias por todos sus aportes que me ha ayudado a mejorar y lo seguiré haciendo. Muchos abrazos y besos a todos ustedes amigos y un Feliz Próspero Año 2017, nos seguiremos leyendo disfrutando de sus grandiosas historias aquí en nuestro lugar de encuentro CortosRelatos.com. Éxitos 


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