Todo lo que realmente importa.

Importan los silencios, las miradas, los sentimientos que callas. Uno no regresa porque sí, uno no  se va porque sí.

¿Es cómo una adicción? Porque yo creo que nunca se deja de ser adicto, porque así como puedes “rehabilitarte”, puedes volver a caer.

Pero hay adicciones dulces, cálidas y placenteras… sin embargo no dejan de ser dañinas. Porque te desesperas fácil, porque morimos poco a poco dentro de la ansiedad, preguntándonos si es correcto o cuanto durara la bonita sensación antes de caer. Quieres que, inevitablemente, todo sea perfecto. Lo cual es estúpido sabiendo que somos seres tercos, imperfectos en todo sentido.

Y al final, todo lo que realmente importa eres tú. ¿Vale la pena sacrificar tu estabilidad por alguien inestable? ¿Vale la pena la sensación de estarte ahogando en la ansiedad? ¿LO VALE?