REVOLUCIÓN GENERACIONAL

En el año 1978 el señor Esteban de profesión lampista siguiendo el oficio de su padre cuya figura

le inspiraba un temor reverencia por lo que no se le había desarrollado demasiado su juício crítico

estaba dispuesto como la mayoría de sus conciudadanos a votar favorablemente la Constitución

que estaba refrendada por la Ley de la nación y reconocida a su vez por el resto de Europa. Así

por fin se daría carpetazo al viejo régimen dictatorial que había durado tantos años y se

empezaría una nueva andadura de convivencia a nivel social.

Lo que no se esperaba el señor Esteban era  que el espectro político lo enrerara todo. Por ejemplo

en el momento en que se redactó la Constitución el mismo presidente de la comunidad catalana

rechazó tajantemente una sustanciosa financiación para dicha comunidad, por lo que en la

actualidad en plena crisis económica cuando el flamante presidente de mi lugar de origen ha

ido a reclamar más dinero, se le ha negado tal petición. En otro orden se produjo el desgraciado

hecho que al redactar un estuto en mi comundad de más calado que el actual, al gobierno central

con una absoluta falta de ética se le ocurrió reclamar firmas de ciudadanos de otras regiones de la

península en contra del mismo para luego remitirlo al Tribunal Constitucional quien lo recortó

sensiblemente.

Entonces el señor Esteban como un gran número de ciudadanos se sintió tremendamente

ofendido por esta actitud gubarnamental. Y tuvo la percepción de que los Poderes centralistas

lo despreciaban y le pisoteaban sus derechos.

Esto motivó enseguida a que adquiriese protagonismo la gente más fanática y radical. Partidos

separaistas que eran nostálgicos del año 1932, así como grupos antisistemas los cuales aspiran

acabar con todo - pues quieren convertir a la Catedral de Barcelona en un mercado- y tienen

cogidos por los bemoles al gobierno de la comunidad; y también un sinfín de periodistas airados,

agresivos que salen en los medios de comunicación y manipulan mentalmente al personal. Es

decir que se ha dejado de lado la práctica de la conversación, y se ha pasado al relato mítico y

victimista de muchos años atrás.

Se vuelve a invocar reiteradamente a la Guerra de Secesión del año 1714 cuando Cataluña

defendía la corona de los Austria en contra del rey borbón Felipe V y al ganar este último la

contienda reprimió con dureza al pueblo rebelde catalán, siguiendo asimismo con el franquismo.

Y por supuesto a estos acontecimientos del pasado se los asocia con el problema nacional actual.

Por todo ello el señor Esteban que además es un aficionado al fútbol que dicho deporte ha venido

a sustituir a la antigua religión, y que por tanto constituye un caldo de cultivo independentista

donde la gente pierde el norte, se ha dejado envaucar por este relato mítico nacionalista y

siguiendo la sarcástica tónica rupturista de los que dominan el Parlamento de mi territorio

inconsencuentemente él ahora quiere desdecirse de la legalidad constitucional vigente a la que

votó en su  día.

Porque en el fondo que caramba, seduce más engancharse a la protesta épica, pasional,

demagógica en las calles adornadas por banderas que esa cosa tan árida, tan pesada llamada

reflexión, o dialogar.

Mas esta msma actitud de esfinge, cerril del señor Esteban bajo otro enfoque distinto se asemeja

bastante a la del gobierno central que ha hecho oídos sordos al problema actual, y que por eso se

ha llegado a esta penosa situación.

Dije en una ocasión y lo vuelvo a repetir que estos adjetivos que terminan con el sufijo "ista"

como fascista, machista, feminista, independentista, etc conllevan una hinchazón del ego que es

excluyente de otras maneras de ser como realmente sucede en este país. Pues cuando se instauró

la democracia y todo el mundo hablaba de respetar al vecino yo me mostraba escéptico porque

en este rincón del mundo precisamente había la tradición de todo lo contrario.

Hasta aquí estos son los hechos, la parte visible. Sin embargo hay otra causa subyacente a este

problema que ahora se empieza a ver. Resulta que en el hogar del señor Esteban ha estallado

una auténtica revolución generacional. Sus jóvenes hijos que no votaron a la Constitución y que

por cierto ésta necesita una profunda reforma en función de una nueva etapa de la vida

ciudadana, y que por tanto dicha Carta Magna  les es ajena ellos ahora están haciendo su asalto a

la Bastilla en base al nuevo lenguaje informático, ya que el lenguaje es esencial en la historia de

la humanidad en torno al cual se establecen otras formas de vida, y sobre todo espoleados por

la terrible crisis economica que nos ha azotado.

Si bien antes en una familia había una rebelión de los jóvenes hacia sus progenitores pero se

respetaba la experiencia vital de los mismos; o su modo de aprender, hoy en día esto se ha

roto drásticamente. Y esto cristaliza en las lamentables sesiones del  Parlamento de Cataluña.

Da la sensación que el hecho de debatir en dicho sitio no es más que un puro formulismo, una

apariencia legislativa, porque lo que impera es el dogmatismo juvenil y popular.  

¿Adónde nos llevará todo este circo? He preguntado tanto a economistas, como a un rputado

profesor de Filosofía, y nadie lo sabe.

Por el momento el señor Esteban al igual que sus hijos sigue soñando en llegar a su utópico

país llamado Itaca.