Phallus dei

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
2919 visitas

Marcar como relato favorito

Se hizo el silencio. Como no iba a hacerse ante la contemplación de “aquello”. Paco, que así decía llamarse (y de apellido debería ser simplemente 'me', y así conjuntaría 'pacomé' que es a lo que invitaba su miembro) desabotonó su bragueta y dio libertad condicional al preso, la justa y necesaria para que este se desahogara. Se aproximó a la gran mesa y extrajo con cuidado aquella monumental verga, extendiéndola cual liebre muerta a la vista de todas.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed